Animales, un bosque, un robot súper sofisticado llegado de la nada y cosas de las películas animadas que tienden a ser tildadas de infantiles, quizá la cultura o nuestra percepción asume esto.
Pero haber sido invitado por mi amigo menos sensible y verlo llorar a mares con la profundidad de esta película solo podía significar la complejidad con la que estaba diseñada.
Desde la historia innovadora hasta los pequeños guiños implícitos de nuestra realidad actual, no solo alejan esta película de ser un cliché si no que es plot twist tras cada escena que te deja ese sabor de boca de “¿Que pasa después? ¡Necesito verlo!”
Ross, el zorro y el ganso la trinidad de personajes más impactante para mí en los últimos tiempos desarrollan una historia interesante, intrigante y muy pero muy conmovedora (recuerden esto último, porque si no la han visto sé que vendrán aquí y me darán la razón).
Personalidades complejas y chistes sencillos pero profundos hacen esta historia un gancho seguro desde los primeros minutos. Sus sucesos poco predecibles y las sorpresas hacen que desees entender no solo la trama si no a cada personaje, su historia y su comportamiento, quieres conocer a todo el bosque porque no sabes con que personaje tan interesante te encontrarás después (el castor un personajazo)
Todo empieza confuso, enredado hasta el punto que te preguntas varias cosas como el posible sin sentido de lo que estás viendo, pero toda esta telaraña empieza a tejerse rápidamente cobrando una forza majestuosa pues que relación pueden tener un zorro y un ganso opuestos en la cadena alimenticia, o en qué punto influye un robot de IA en una naturaleza donde ni siquiera hay comunicación y cuando menos lo esperas ¡BOOM! ¿En serio esto es para niños? ¡Pero si ya estoy llorando!
Un tazón de cotufas caramelizadas, una buena compañía y las palabras de este caballero que también terminó llorando sin poderlo evitar por los sentimientos encontrados de ver un ser inanimado, un villano y un desechado interactuar hasta el amor más puro y sincero, ver lo roto arreglarse, lo oscuro iluminarse, lo imposible ser posible dentro y fuera de la pantalla.
Son emociones que deseo todos puedan experimentar a través de esta historia, regresaras a verla más de una vez porque atento a esto también ¡Tiene demasiados detalles ocultos! Tanto en los diálogos como en la animación y la secuencia de escenas, no solo querrás volver, tendrás que hacerlo y como toda buena y original historia verás detalles nuevos cada vez que la repitas (un pequeño secreto, llevo nueve veces y en todas he llorado y descubierto cosas diferentes).
Es quizá la mejor película animada que un adulto de 28 años como yo haya visto, sentarse escéptico en un sillón pensando que sería otra aburrida película infantil y salir abrazando una realidad distinta porque incluso cambia tu perspectiva de muchas cosas.
PD: quizá no sea muy popular está opinión pero mi personaje favorito es el zorro. Creo que me recuerda a la clásica historia del principito