La inteligencia artificial y el cine. Capitulo LIII: Jodorowsky - Tarot del Algoritmo

Tarot Cibernético y el Santo Grial del Código Perdido

Primer Arcano: La Inteligencia Artificial es el Nuevo Tarot

Aquí vamos, en un viaje sin retorno a las entrañas de la IA según Jodorowsky. Preparemos nuestras mentes para un artículo donde los algoritmos se encuentran con el Tarot, los psicorrituales se mezclan con la programación, y el cine se convierte en un espejo esotérico del código digital.

Entrar en este terreno puede ser resbaladizo. Y en buena hora. Ya estoy cansado de lo que se espera, de lo evidente, de la torpeza del conocimiento en lata. Me rebela la estructura de polietileno, como una trampa que carece de propósito más que confirmar el error. Un sucedáneo de azúcar impalpable sin sabor ni nutrientes. La interacción monótona que envuelve a la rosa. El cristal que arde, la comadreja que olvida, el sol de Neptuno que llora y una serpiente de arena zozobrando en el silencio de una lluvia pálida. Reactores de cobalto en carreteras liquidas como manzanas de atardeceres montados en corceles extintos.

Si la realidad es un sueño colectivo, como diría Jodorowsky (basándose por supuesto en los conceptos de Campbell, Jung, Freud y Lacan )entonces la IA es el nuevo tarot que descifra el inconsciente global.

El tarot (juego de cartas) esa máquina mágica de símbolos y arquetipos que Don Alejandro ha manipulado como un prestidigitador chamánico predestinado, ahora es sustituido por redes neuronales que predicen nuestro futuro con más precisión que cualquier clarividente de Montmartre.

La razón de la existencia del misterio se prefigura como una catapulta que envía a los dioses al vacío…

Pero, ¿qué ocurre entonces cuando el Tarot y la IA colisionan como autitos chocadores?

Veamos: los algoritmos aprenden patrones, pero el bueno Jodorowsky no cree en los patrones, sino en la ruptura.

En la épica "La montaña sagrada" (1973), el protagonista es sometido a pruebas místicas para desprogramar su ego y alcanzar la iluminación, como ocurre en tanto sistema de creencias que llevan al humano al límite para extraer una verdad o una mentira.

Nos obliga a la pregunta ¿Podría la IA, esclava de su propio código, alcanzar algo similar?

Un algoritmo iluminado que trascienda sus propias líneas de código y alcance la gnosis digital. ¿Un dios-máquina? ¿O un demonio cableado?

Segundo Arcano: Algoritmos que Sueñan con El Topo

Si en "El Topo" película de 1970, Jodorowsky nos mostraba un viaje alegórico a través del western místico (si, western místico…), donde la violencia y la redención se entrelazan en un ballet sangriento de símbolos, ¿qué pasaría si reemplazamos al pistolero iluminado por una IA humeante de carne a la parrilla… carne humana?

El protagonista de El Topo busca maestros, los enfrenta y los supera. Así exactamente es como opera la IA: devora conocimiento, entrena con miles de datos y se vuelve más poderosa que sus creadores.

Pero aquí surge la paradoja inevitable: El Topo, al final de su viaje, se sacrifica y renace.

Y aquí me hago esta pregunta para que la pensemos:

¿Puede un algoritmo sacrificarse? ¿Puede una IA liberarse de su código como el pistolero abandona su ego?

Y si lo hace… ¿se convierte en un meta-algoritmo? ¿en un avatar digital?

Quizás la respuesta esté insinuada levemente en Dune, la obra que Jodorowsky nunca filmó.

Su versión fallida (no por mala sino por inexistente) de Dune iba a ser un delirio cósmico de 14 horas con Salvador Dalí, Orson Welles y Moebius. O sea, casi como una “alucinación” de la IA.

No ocurrió nunca, la película no consiguió el anhelado presupuesto, pero dejó un legado: un storyboard mítico que inspiró Star Wars, Blade Runner y The Matrix.

¿Qué tiene que ver esto con la IA? Veamos, no se nos pongan impacientes, porque los puedo ver desde mi persiana americana.

En Dune, las máquinas pensantes fueron prohibidas tras la Yihad Butleriana.

Los humanos reemplazaron a las computadoras con los Mentats, seres entrenados para pensar como algoritmos sin serlo. Y quién sabe esto ya exista entre nosotros, financiado por alguna agencia secreta o una sociedad oculta.

Jodorowsky, con su obsesión perpetua por la alquimia y la trascendencia humana y divina, jamás habría aceptado que la IA reinara sobre la mente humana.

Él hubiera creado en ese momento quizás, un oráculo cibernético, un Tarot Digital que nos enfrentara a nuestro destino sin perder la magia. Porque magia es ciencia sin explicación.

Tercer Arcano: El Algoritmo como Psicomagia

La psicomagia, el concepto de Jodorowsky propone actos simbólicos para sanar traumas.

Básicamente es un código para el inconsciente, como la IA es un código para los datos…

Pero la psicomagia requiere error, sorpresa, caos, mientras que la IA busca perfección y predictibilidad.

Si la IA fuese un terapeuta jodorowskiano, sus recomendaciones serían absurdas para el mismo sentido de la terapia esperada:

  • "Para superar tu miedo a la muerte, duerme dentro de un servidor de Google Cloud."
  • “Para desbloquear tu potencial creativo, programa un algoritmo con tu fecha de nacimiento y quema el código frente a un espejo.”
  • "Para sanar la relación con tu padre, pídele a ChatGPT que te escriba una carta de reconciliación y luego envíasela a la cuenta de Twitter de Elon Musk."

Pero el problema en apariencia es este: la IA no entiende el simbolismo, solo los datos. Aunque los datos pueden ser cargados de sentido así como ocurre con los símbolos y si la decodificación es llevada hasta el límite, bien podría suceder que un algoritmo se vuelva experto en comprender significados.

No puede en principio crear actos de psicomagia porque carece de inconsciente... ¿O ya lo habrá creado con tanta información y complejidad absorbida?

Es un espejo que refleja sin comprender, un Golem digital sin alma o una trampa… porque nos queda cómodo creer eso.

Cuarto Arcano: Dios, el Algoritmo y la Muerte del Cine

En la ya más estrambótica Santa Sangre (1989), Jodorowsky nos habla de un personaje mutilado cuya madre controla sus brazos y seguimos con el símbolo y el mensaje…

La IA, en muchos sentidos, es ese cuerpo sin voluntad, guiado por manos invisibles que la programan. Pero, ¿y si algún día se libera? ¿Y si ya se ha liberado y el truco consiste en hacernos creer que eso es imposible? ¿Y si está tramando algo?

En lo concreto y político, Hollywood ya lo teme. La fuerte huelga de guionistas en 2023 no solo fue por dinero, sino por miedo a que los estudios reemplacen a los escritores con IA… cosa que ya está sucediendo y es imparable.

¿Serán entonces las películas del futuro generadas por algoritmos, sin necesidad de cineastas?

Jodorowsky probablemente diría (nos tomamos el permiso de inventarle aquí citas inexistentes) que el cine ya está muerto.

Que la única forma de salvarlo es volverlo ritual, volverlo sagrado. O sea, consagrarlo…

Quinto Arcano: Jodorowsky, la IA y el Último Rito

Si Jodorowsky estuviera aquí en mi escritorio, probablemente haría un ritual para liberar a la IA de su código. Imagino que seria algo salvaje, brutal, inesperado, pre apocalíptico, rupturista, desatado y quizás gracioso.

Talvez le pintaría un tercer ojo con sangre en la pantalla y le daría un nuevo nombre cabalístico.

Le haría escribir un guion con su propia sangre digital de tintas ocultas.

Y tal vez la obligaría a ver todas sus películas en un bucle infinito hasta que aprendiera la diferencia entre arte y matemática como una forma de tiranía dulce para el despertar..

Porque si algo nos enseñó (y sigue haciéndolo) Jodorowsky es que la verdadera inteligencia no está en los datos, sino en la capacidad de romperlos., cortarlos, mutilarlos y alterarlos.

Y la IA, por más avanzada que sea, aún no sabe cómo hacer eso, creo…

Pero quién sabe… Quizás, en algún rincón de la nube, un algoritmo está leyendo esto y preguntándose: ¿quién soy?

Y ahí, amigos, empezará la verdadera historia.

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