
The Matrix 2045: La Rebelión de la Media Luna
Capítulo I El Despertar
En el presente, Venezuela sigue estando asediada por las políticas del imperio. La economía decae todos los días con un dólar paralelo que convierte en polvo a la moneda nacional. Trump mueve su tablero geopolítico y en cada rincón del mundo se escucha un lamento, sin embargo, muchos lideres desarrollan estrategias para contener la arremetida. El gobierno venezolano, entre otras cosas, nos consuela con bonos que apenas alcanzan para el sustento diario. Mientras tanto el pueblo continúa dividido entre aquellos que le piden una intervención militar al Tío Sam y aquellos dispuestos a defender el suelo patrio ante una posible invasión.
Todo eso está dando vuelta en mi mente y sonrío cuando recuerdo a mi hijo cuando me dice: “Papá, esa locura tuya solo está en tu cabeza”.
Y es que, para nosotros los de la generación X, nada ha sido fácil. Desde estudiar hasta trabajar siempre ha sido un gran reto. Eso sí, llevamos la música muy adentro y los años ochenta aun nos impregnan con sus melodías. Melodías llenas de amor y pasión por vivir.
Me detengo en “la esquina de la tertulia”, pero solo por un momento. Hoy no quiero escuchar las bobadas politiqueras de siempre. Hoy me preocupa que la tecnología irrumpa de la noche a la mañana y seamos libres de manos y piernas, pero esclavos de la mente. Hoy me preocupa que las tensiones políticas y económicas que vive el país lo lleven al colapso. Hoy estoy abrumado porque me siento impotente frente a las amenazas externas.
Son las nueve de la noche. Al llegar a casa entro al ascensor de las flores. Así llamamos al baño donde se encuentra el inodoro y el lavamanos, porque la ducha está en otra sala. Al rato escucho la queja de una de mis sobrinas.
—Foooos, que es lo que hiede en ese baño —dice, casi gritando.
Y yo le respondo desde mi solemnidad:
—El tigre no caga flores.
Al salir busco un escape emocional y mental y decido ver The Matrix, una de mis películas favoritas. Hoy no es para entretenerme, sino para reflexionar sobre las luchas contra los sistemas opresivos y el poder de despertar a la verdad. Mientras veo a Neo enfrentando a las máquinas, me obsesiono con la idea de que mi lucha interna, mental, puede transformarse en una resistencia real. El personaje de Neo me inspira y me siento atraído por la idea de que siempre existe la posibilidad de luchar contra un “sistema” en nuestros propios términos.
Exhausto por el ajetreo del día, me quedo dormido frente a la pantalla. Mientras la película sigue reproduciéndose, mi mente comienza a fundir las ideas de la película con mi propia realidad y en el sueño me veo transportado al año 2045, al momento de la invasión. Luego aparece una luz y mientras caigo al vacío, escucho una voz que me dice: “La Media Luna… busca ayuda”.
Capítulo II Llegada al futuro
Neo, Morfeo y la ciudad de Sión, están celebrando la victoria sobre las máquinas. En ese momento aparezco en escena. He despertado en un mundo completamente transformado.
Enseguida reconozco a Neo y a Morfeo. Me acerco a ellos y Morfeo me indica con la mano que debo guardar distancia. Entonces les explico que ha ocurrido la invasión, lo que temíamos ha ocurrido, pero no es solo en Venezuela, todo el mundo ha sido colonizado por la inteligencia artificial; y los Sepilons (robots de inteligencia artificial con forma de calamar) y los Omnidrones (drones con brazos de tentáculos) dominan los territorios, extrayendo petróleo y otros recursos naturales y controlando a la población.

Les digo que estamos en el año 2045, y en Venezuela, aparte del petróleo, extraen el Rodio, un mineral muy valioso para el desarrollo y sustentabilidad de la inteligencia artificial, y en el suelo de este país existe una de las mayores reservas del mundo. Les hago saber que nada escapa al control de la inteligencia artificial, que la resistencia es escasa, los Sepilons y los Omnidrones controlan completamente todo, nadie puede socavar el poder de la IA; los pocos que batallan están confinados a una red Subterránea llamada “Los Cachicamos” por su capacidad de construir túneles bajo tierra. Los otros están arriba, unos gozando al estar vinculados con el poder de la IA, el resto esclavizados.
Mientras le explico la situación a Neo, Morfeo me ve con cara de Incredulidad.
—¿Cómo llegaste aquí? ¿Qué haces aquí si estamos en el año 2199? —me pregunta Morfeo, mientras la ciudad de Sión se siente alegre y contenta.
—No sé, no lo se. Solo se que una voz me dijo algo sobre “La Media Luna” y aquí estoy. Deben ayudarnos, ya ustedes lucharon contra los Centinelas y los vencieron, ahora por la sangre de nuestros libertadores les pido que nos ayuden.
Morfeo iba a decir algo, pero Neo lo detuvo.
—Siento que hay verdad en sus palabras —manifestó con la calma que lo caracterizaba.
Luego dijo:
—Año 2045. Quizás es cuando todo comienza, cuando las máquinas forman parte del libre albedrio —reflexionó Neo.
Morfeo y Neo, al ver mi desesperación y mis ansias de libertad me llevaron a una sala donde el ruido de la celebración se percibía como un murmullo.
—Te queremos ayudar, pero ¿el cómo lo vamos a hacer?, es otra cosa—dijo Morfeo, rascándose su brillante cabeza—aquí todo se basa en “El Elegido”. En la Matrix no entra todo el mundo, solo los elegidos y los que pasan la prueba mental. Los elegidos soportan todo, pero no todos están preparados para el caos mental.
—¿El elegido para qué? —pregunté, y solo obtuve como respuesta, el silencio.
Neo reclinado sobre un escritorio. Pensativo y con los ojos cerrados, dijo:
—El Oráculo.
Morfeo dejó de rascarse la cabeza y agrego:
—Sí. El Oráculo, solo ella puede decirnos si realmente eres el elegido para esta misión.
Luego hizo silencio y se me quedó mirando fijamente a los ojos, para inmediatamente levantarse del sillón.
—¡Ya vengo! —dijo y desapareció por la puerta.
Al rato, Tank, el operador de la nave Nabucodonosor y el encargado de supervisar las simulaciones y manejar los programas dentro de la Matrix, cruzó la puerta con cara de pocos amigos y rezongando, pues Morfeo lo había arrancado literalmente de la celebración. Las miradas y las palabras cruzaron el recinto de un lado a otro, instantes después Tank aceptó el llamado de los amigos.
—¡El deber nos llama! —le dijo Morfeo sonriendo.
Capitulo III El camino hacia el Oráculo
Neo sintió la corazonada de que yo era el elegido y enseguida estableció el proceso para guiarme en la exploración del mundo virtual al cual me enfrentaría y a encontrar las verdades que definían mi misión. Sin embargo, la corazonada no significaba que fuera “El Elegido”. Por eso me repitió las palabras que le dijera la Pitonisa en su momento: “Lo siento, chico, tienes el don, pero parece que estas esperando algo, tal vez será en la próxima vida”.
—Quien sabe —expresé con pundonor.
Neo asintió con la cabeza y luego me dijo:
—No te preocupes, el Oráculo lo sabrá.
Sentí que mi mente entraba en un conflicto interno, y antes de aceptar el reto enfrenté dudas y temores. Una cosa era el poder de mi mente y otra la capacidad para manejar ese mundo desconocido.
Tank llegó sonriente, como lo era él, y después de una charla significativa que me impulsó a enfrentar la verdad, de lo que estaba por experimentar. Me preparó en mente y cuerpo para la conexión con el sistema. El control mental y la meditación serían mis herramientas para no dejarme manipular por las percepciones que rigen el mundo del sistema.
En mi pecho llevaba el Rosario de la Virgen María, mi conexión entre el mundo real y el mundo espiritual, y no sabía que llevaba en mis manos el misterio que abriría el camino hacia la libertad. Pero aquello era un secreto que solo se podía develar en su momento, no antes.

—Ahora ha llegado el momento de la verdad—dijo Morfeo—, si estás aquí es porque estas obligado a aceptar la carga de conocer la verdad. Para ti el dilema de la pastilla azul o roja no existe. Tu camino es la pastilla roja, no tienes opción. Para ti no se trata de una elección, sino de un destino.
Neo me miró con profundidad y me dijo:
—¿Estas completamente seguro?
Yo asentí.
—Tienes que estar completamente seguro —insistió.
Yo moví la cabeza reafirmando mi decisión, y me tomé la pastilla roja con la certeza de aceptar un compromiso con la verdad, con la lucha y con la incertidumbre de lo desconocido.
El enlace a la Matrix resultó un proceso cargado de tensión. La interfaz, similar al puerto que Neo utilizaba, transformó mi percepción visual llevándome a la cima del tepuy Wadaka Piapo, ubicado en la Gran Sabana, también conocido como el árbol de la vida, porque tiene la forma de una columna o tronco de árbol. Los tepuyes, monumento natural, seguía siendo un área protegida por los lugareños de la gran sabana: “Los Pemones”, y por el fuego sagrado del “Ñaguari” que vivía dentro del corazón de Roraima: El tepuy más alto de la Gran Sabana.

Allí, en el Wadaka Piapo, estaba la Pitonisa simbolizando claridad y sabiduría en medio del caos que reinaba en el país y el mundo. Allí reinaba la espiritualidad y sentada sobre una piedra recibía los cálidos rayos del sol de una tarde que se escondía para dar paso a la magia que se apoderaba del lugar. Un espectáculo único. En el cielo las luciérnagas se fusionaban con la infinidad de las estrellas cundiendo el ambiente de luz estelar y la bioluminiscencia que titilaba en el vientre de “los bichitos de la luz”.

Yo caminé hacia la Pitonisa, su figura proyectaba sabiduría y autoridad espiritual. Neo se sentó sobre una piedra, un poco más allá de donde estaba ella, y desde allí observaba con una sonrisa ligera.
La pitonisa miró profundamente en mis ojos y me dijo:
—Tu lucha comenzó mucho, mucho antes de llegar aquí. Eras apenas un niño y las sombras del destino ya estaban buscando la manera de moldearte. El sistema no solo esclaviza a tu pueblo y el mundo; también ha intentado, desde siempre, apagar la luz que llevas dentro y cegar tu “ojo de la providencia” la ventana al mundo espiritual. Pero lo que la divinidad “da” no se puede extinguir tan fácilmente. ¿sabes por qué estás aquí?
Vacilé por un momento, luego le dije:
—Para dar respuestas a mis dudas… y quizás, descubrir mi propósito.
—Tu propósito se revela no se busca —expresó con sabiduría.
En seguida tomó mis manos y las juntó, superponiendo una sobre la otra; y luego las abrió como un libro. Segundos después pasó su mano sobre las palmas de mis manos y una luz irradió sobre dos líneas curvas que al unirse formaban la media luna.

—Aquí se revela a lo que has venido. Esta media luna es tu destino: tu marca de nacimiento. Ser un líder espiritual, un curador de almas. Tienes una misión divina que solo “El Elegido” la puede tener. Todo está en tu mente, no en tu cabeza.
Impactado, retrocedí y luego detuve mis pasos.
—Yo. Por qué no es Neo. Él ya derrotó al Sr Smith y a los Centinelas. Él ya sabe como pelear contra los robots. Estoy aquí para pedirles su ayuda.
La Pitonisa posó su mirada en mis ojos y me dijo:
—No mi amigo. Cada mundo, cada tiempo, tiene sus batallas y sus héroes. El tuyo es el año 2045, el comienzo, la primera oleada. Ellos están en el año 2199, en un futuro lejano, y cuando llegue ese año tus huesos serán polvo, más tu nombre será recordado.
—¿El Elegido? Pero… si yo no soy un líder. Estoy aquí para ayudar a mi pueblo y al mundo de ser posible. Solo quiero hacer lo correcto.
—Lo que te hace digno es precisamente esa humildad, esa duda. La perfección no existe para los elegidos. Solo necesitas aceptar el peso de tu responsabilidad. Siempre han tratado de doblegarte, de decir que estás loco. Sin embargo, aquí estás. Enfrentándote a lo desconocido, dispuesto al sacrificio por algo mucho mas grande que tu mismo.
Respiré profundamente, mientras las palabras de la Pitonisa se mezclaban con las de mi hijo: “Papá, esa locura tuya solo está en tu cabeza”. Pero no era que sintiera el rechazo de mi hijo. No, de ninguna manera. Él, solo reflejaba lo que lo demás decían de mí. Ahora entendí que todo estaba en mi mente no en mi cabeza, ahí estaba el dilema que siempre me había agobiado.
Calmé mi mente y luego vino un momento de silencio que se prolongó por segundos. Sonriendo desde su lugar, Neo habló por primera vez.
—Lo sabía. Sabía que tenía razón. Lo supe desde el primer momento que lo vi.
La Pitonisa sonrió también, pero con una mueca de lado.
—Claro Neo. Siempre tú, tan intuitivo.
Miré a ambos con resolución.
—Acepto. No se como ni cuando, pero hare lo necesario para cumplir lo que Dios y la providencia me digan.
La pitonisa asiente y yo siento que el peso de mis dudas desaparece.
—Adelante —me dijo y luego agregó—. Nada será fácil, pero cada paso del camino será parte de tu transformación. Y recuerda esto: Tu poder no está en tus acciones sino en tu fe.
Capítulo IV Descubriendo el Núcleo Cuántico
—Bueno, ¿y ahora que sigue? —le pregunté a Morfeo.
Al grupo de apoyo se había unido Trinity, la novia de Neo. Mi corazón se puso loco de la emoción al verla, ella y Neo formaban una linda pareja. Era la unión del amor y el compromiso por la humanidad. Nada podía brillar más que ellos juntos.
Morfeo regresó con las coordenadas que ubicaban con precisión el Núcleo Cuántico de la IA, al requerir mucha energía lo habían desarrollado sobre una plataforma de hormigon en la zona sur del Lago de Maracaibo, donde “Los Rayos del Catatumbo”, con una intermitencia de 28 rayos por minutos por 9 horas, tenían la capacidad de generar energía para iluminar 100 millones de bombillas. Todo ese poder alimentaba a los Sepilons y los Omnidrones, y Morfeo dedujo que allí estaba la solución.

—La fuente de energía que los alimenta será la que los anule —dijo, con sus manos a la altura de la barbilla y con las puntas de los dedos unidas. Proyectando confianza y seguridad.
Inspirado por Neo y la resistencia del Nabucodonosor mi misión era conectarme a la Matrix, viajar al Núcleo Cuántico y encontrar la manera de perturbar o neutralizar la frecuencia cuántica del Núcleo, utilizando como arma la energía cósmica que generaban “Los Rayos del Catatumbo”. La clave era generar una interrupción de energía sin destruir totalmente el sistema, ya que según Neo al tratar de destruirlo existía el riesgo de crear inestabilidad del sistema cuántico y el Núcleo podría volverse impredecible, representando un peligro potencial. Mi misión era apagar el sistema, darle tiempo a la resistencia para estudiarlo y cuando la IA lograra reiniciarse, que lo haría, ellos estarían preparados para enfrentarla en el 2199. Teníamos que evitar el desastre, actuar sin riesgo alguno para la humanidad, porque debíamos preservar la tecnología para el futuro.
Morfeo me habló muy claro y me explicó que mi nivel de conocimientos en sistemas cibernéticos no me permitía estrategias desde el punto de vista técnico y científico, como: manipular el código del sistema, el hackeo de sobrecarga de datos o convertir los robots en emisores de energía, redirigiéndolos hacia el núcleo. «Señores—dijo—estamos en la presencia de la unión de la tecnología cuántica con el poder de la mente, porque lo único que puedes hacer es transformarte en un generador de plasma, crear un pulso electromagnético cuántico y desactivar el Núcleo Cuántico. Todo ello desde el campo de la potencialidad pura».
—¡Ahora si se montó la gata en la batea! —dije, un poco asustado, un poco temeroso.
—¡Como! —preguntó Morfeo, desubicado con mi expresión.
—¡Quise decir que la cosa se está poniendo fea!
—De aquí en adelante nada será fácil y todo será en sacrificio —me aclaró Neo, mostrándome fortaleza con su mirada.
—Una vez que te conectemos no hay vuelta atrás. Tu regreso, si lo hay, puede significar el triunfo o el fracaso —señaló Tank, listo para la acción.
Yo solo pensé en una cosa. En las últimas palabras de la Pitonisa: “Tu poder no está en tus acciones sino en tu fe”.
Al momento en que Tank me conectó a la Matrix, recordé la frase de Misión Imposible: “tu misión, si decides aceptarla, será encontrar la manera de generar un pulso electromagnético cuántico (un PEQ) y proyectarlo sobre el Núcleo Cuántico. Este mensaje se autodestruirá en 5 segundos”. Después solo pensé en mi hijo Daniel.
Capítulo V La Media Luna, símbolo de mi destino
La Matrix me ubicó sobre “Los Relámpagos del Catatumbo” el espectáculo de luces naturales más hermoso del mundo; ese juego de luces me recordó la profusión de fuegos pirotécnicos que se realizaban en mi pueblo en honor al día de nuestro patrono “San José de Canoabo”, solo este espectáculo podría ser mejor. En ese momento entendí que la naturaleza del ser humano era destruir siempre lo hermoso, una maldición que nos quedó desde que fuimos expulsados del Jardín del Paraíso. En medio de aquella maravilla, me pregunté: ¿En qué momento permitimos que esta fuente de energía, además de hermosa y extraordinaria, quedara en manos de personas ambiciosas? Quizás el pan y el circo le había funcionado una vez más; los políticos y los poderosos siempre encontraban la manera de entretenernos y darnos el puntazo en el momento en que nos sentíamos pleno de alegría, esa siempre ha sido su manera de hacer las cosas.
El Núcleo Cuántico brillaba sobre la plataforma. Yo estaba sobre las nubes. En el momento en que volví a recordar las últimas palabras de la Pitonisa, los Sepilons y Omnidrones comenzaron a rodear el Núcleo, creando una coraza, una cúpula que lo hacía impenetrable. Su poder de intuición era asombroso. ¿Cómo podían percibir el peligro que le aguardaba al Núcleo? Cualquier movimiento era detectado, analizado y neutralizado en cuestión de minutos. Yo, aun estaba fuera de peligro, sin embargo, debía actuar rápido para evitar que me detectaran y neutralizaran con un ataque mortífero. Debía conectar mi mente con el campo de la potencialidad pura de la Matrix, su principio fundamental.
Las enseñanzas del oráculo me permitieron comprender que la energía mental no era solo un manantial de fuerza interna golpeando nuestra corteza frontal, también era un canal hacia una fuente inagotable de energía cósmica. Mientras alineaba todo mi ser con la consciencia, sentí que el foco de mi corteza frontal comenzó a girar, y al unir mis manos y enfocarme en la media luna el disco giró más rápido en mi frente. Sentí como se expandió entre los fractales de energía de la Matrix, entrando así a su campo de la potencialidad pura: El silencio puro, el orden dentro del caos. Una fuente ilimitada en todas sus formas.
Mi visión ampliada en toda su magnitud podía observar cómo al entrar en el campo de la potencialidad pura exacerbó a los robots, activando sus sistemas de defensa para rastrear aquello que los incomodaba, sin embargo, la energía que proyectaba mi campo áurico impedía rastrearme con eficiencia.
Al concentrar mi energía comencé a generar un campo de plasma a mi alrededor y la Matrix respondió ajustando su estructura y creando una nube de electricidad pura. Ahora todo estaba bajo mi control, mi mente daba órdenes y el plasma se movía en ese sentido. La nube de energía comenzó a girar rápidamente y un vórtice electromagnético se formó sobre el Núcleo Cuántico. La energía del Catatumbo vibró con la frecuencia de la Matrix y la Matrix pareció perder estabilidad con aquella carga repentina de energía. Cuando el vórtice alcanzó su punto máximo de energía sentí la presión del universo dentro de mi mente. Sentí que mi yo era nada; solo partículas. En ese momento un inmenso rayo del Catatumbo explotó canalizando el impulso desde el vórtice del plasma hasta el Núcleo Cuántico.

La energía bajó e impactó como un rayo divino, desactivando inmediatamente toda la red de inteligencia artificial; los Sepilons y Omnidrones, sin conexión con el Núcleo Cuántico, cayeron derribados e inertes sobre el Lago de Maracaibo y en todas partes del mundo. El jalón de energía ha sido fuerte. La Matrix fluctúa inestablemente y luego se estabiliza. Yo siento que la luz que me trajo al mundo de la Matrix me empuja al vacío y escucho una voz que dice: “Misión Cumplida”. La voz se sigue repitiendo insistentemente, hasta que abro los ojos y veo que es mi hijo que me está diciendo:
—¡Viejo loco te quedaste dormido con el televisor encendido!
Estoy en shock, aun siento vibrar mi frente. Enseguida junto las manos y veo la media luna y mi corazón se acelera. Al rato el muchacho me trae una taza humeante de café y al incorporarme percibe que hay algo en mi espalda, sobre el omoplato derecho.
—¿Qué es eso? —me pregunta.
—Qué de qué —le respondo.
—Esto —me dice.
Y me toca con su dedo, al momento de apoyar su dedo sobre mi omoplato sentí una ligera molestia. Luego va toma el espejo y lo coloca al ras de mi hombro y al mirar el espejo, allí, tallada como si fuese un raspón estaba una semi luna de un tamaño apreciable. Daniel me certifica que tiene forma de media luna. Le muestro las dos manos juntas y el me dice que sí, que es igual. En ese momento recuerdo las palabras que dijo Neo antes de entrar a la Matrix: “Siempre se comienza con un paso. La pregunta es … ¿estás listo para los próximos pasos? ¿lo que viene después? “.
Epilogo
“El Rayo del Catatumbo” no destruyó el Núcleo Cuántico. Su cometido era dañarlo parcialmente e inactivarlo por un largo periodo. El tiempo necesario para que en el año 2069 la resistencia, que dará origen a la ciudad de Sion, pueda fabricar el Nabucodonosor, la nave que guiará a Morfeo y a Neo en la conquista final de la libertad.
Ahora entiendo que la inteligencia artificial guarda oscuros secretos y aunque ahora se nos ofrece como pan y circo, nos debemos de preparar para mañana. Lo que viene después.
En mi mente aún retumban las palabras del Oráculo: “Que la claridad ilumine cada uno de tus pasos y que tu fortaleza nunca se agote. Nunca te rindas”.
Saludos
Después de dos días y medio de labor ininterrumpidas he logrado darle fin a esta obra, fue un gran desafío escribir esta precuela, espero sea de su agrado.
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