Hablaremos un rato con Valentín Wein, uno de los directores de “Wirchi y amiguito” corto que fue presentado en BAFICI recientemente y que desborda de irreverencia y ternura. Hasta este proyecto, Valentín siempre había estado del otro lado de la cámara. Realizo proyectos como “30 Noches con mi ex” y “Cromañon” pero en este caso se juntó con Juanma Ozan (Goni) y juntos armaros una dupla complementaria.
¿Cómo se sintieron al presentar la pieza en el BAFICI?
V. Fue hermoso, sinceramente no teníamos muchas pretensiones a la hora de hacerlo y fue simplemente divertirse y conocer esa área. Ninguno había dirigido y fue hermoso que acepten el corto. Fueron proyecciones hermosas y al ver a todos los amigos con los que hicimos el corto allí nos dimos cuenta que lo habíamos hecho por ellos, para crear algo juntos. El corto está hecho para nuestros amigos y para nuestra familia. Como si fuera poco al público del BAFICI le encantó y fue un plus precioso
¿Cómo surge la idea de narrar esta historia?
V. En el cineclub de florida! Vos estabas ese día de hecho. Tiempo antes habíamos comprado una cámara en un viaje y fue un incentivo hermoso, fuimos pensando de a poco viendo que queríamos hacer. A su vez teníamos a Wirchi que es un amigo de toda la vida que nunca había actuado, pero que hace poco había comenzado clases de actuación. El insistía que le escribamos un papel. Y así fue. Luego de la proyección de “Daddy Longlegs” en el cineclub florida nos inspiramos una banda. En el bar en la otra habitación del cineclub dijimos “listo ya está, Wirchi se hace cargo de un niño”. Luego fue apareciendo el sentido narrativo de la historia, del vínculo. Es cierto que hay cierta incertidumbre porque no terminas de entender cuál es el vínculo entre ellos. Hay mucha info que tenemos y construimos para darle peso a la historia y las actuaciones. Hay un diálogo que da cuenta del vínculo que los une, pero algunos interpretan que son padre e hijo, otros amigos y otros comprenden que son hermanos.
Wirchi tiene la posibilidad de convivir con el y de mostrarle al mundo y a su hermano que es un buen actor. Es una historia que circula sobre la frustración de actuar. El personaje que hace de indigente y luego de Lex Lutor también es otro actor que no vive de eso. Tanto Wirchi como él buscan situaciones de la vida cotidiana para actuar. Necesitan armar ese numerito de que se matan a piñas para llamar la atención. Lo mismo ocurre con la directora de casting. Pareciera tener más energía para actuar que el propio personaje de Wirchi. Es una historia de perfos si se quiere. Todo el tiempo buscan lugares y momentos para actuar
¿Alguna anécdota graciosa?
-No sé si es graciosa pero un dato de color es que lo que más nos constó conseguir sonidista. Nosotros filmamos sólo los fines de semana por la disponibilidad del equipo, de Wirchi y del niño. Filmamos en 3 fines de semana en octubre. Y el primer fin de semana descubrimos que el padre del niño había trabajado mucho en tele y se re copó. Ese primer fin de semana fue hermoso tener al padre y al hijo trabajando juntos. De hecho, Fede Colella aparece en la escena del casting, es el director. Es bonito que el elenco casi entero está interpretado por familia mía y ninguno o casi ninguno actúa.
Wirchi nunca había actuado en cámara, pero creo que descubrió su profesión. Teo nos llegó a través de Martu Vogel que fue su coach. Ella da clases en lo de Nora Moseinco y una alumna de ella le comentó que su primo quería actuar pero que nunca había tomado clases. Vimos una foto de Teo y nos pareció que daba increíble. Le hicimos una pequeña entrevista y estaba un poco tímido, pero se fue soltando y nos pareció que era él. Si o sí. El personaje amigo de Wirchi es Tiago mi primo, Carol la directora de casting es muy amiga de mi padre. Fue todo hecho entre familia y nos divertimos muchísimo hacerlo.
¿Cómo fue el proceso de ensayos?
V- Wirchi fué coucheado por Martu Vogel, ensayamos 3 meses fue un proceso largo y bonito. La verdad es que todo se completó cuando empezaron a ensayar juntos. Teo no nos permitía que lo tratemos como un niño, quería ser uno más. Ensayamos mucho el hecho de que no mire por detrás de cámara al equipo ni tampoco a cámara. Pero en una de las escenas cuando estábamos rodando Teito no paraba de mirar hacia atrás viéndonos a nosotros seguirlo con la cámara. Me acerco y le digo “Tei acordate que nosotros no estamos acá, no nos mires” y me dice “Claro es que ustedes están en la vida real, nosotros estamos en otro mundo.” Me encantó. Inicialmente teníamos una cosa medio didáctica proponiéndole juegos o dinámicas en reemplazo de consignas duras y técnicas y Teo me dijo “háblame como le hablas a Wirchi, no me trates como un nene”. Me sorprendió, más allá de su talento es la capacidad interpretativa y comprensiva de este maravilloso actor. Siempre dispuesto a escuchar y siendo muy atento a los comentarios de Martu.
¿Referencias que se te vengan a la cabeza?
V. Bueno por supuesto “Daddy Longlegs”, después en referencias de cámara tuvimos también “Un papa genial” “Licoricce Pizza”, “Cramer vs Cramer” “Escuela de rock”
¿Tuvieron algún traspié o problemas en rodaje o de post producción?
V. La verdad es que no, fue una situación hermosa donde me descubrí codirigiendo y trabajando todos en muchas áreas a la vez. Firu, el dueño del cineclub hizo asistencia de dirección, caña de sonido, edito una parte del corto. Y así todos, Goni y Juanma Ozan iluminaron, hicieron cámara. Todos hicimos de todo. Después lo que más nos costó fue la postproducción de sonido y la mezcla. Pero ahí aparecieron Lucas Bergman y Matias Baradiotti.
¿Cual fue la idea que los llevó a contar esta historia?
V. La idea de filmar en mi opinión fue la cámara, que nos motivó mucho. Y trabajar con Goni ya que sin él no me vería dirigiendo una historia y con el sí. El se encargaba más de lo técnico y yo de lo actoral, pero el comentaba cosas de actuación y yo de cuestiones técnicas. La verdad es un compañero de dirección impecable.
¿Podremos seguir viendo este corto en algún lugar pronto?
V. Si, la idea es seguir moviéndolo. Que lo puedan ver amigos, gente que no pudo sacar, mandarla a festivales. Nuestra idea es proyectarlo como previa a las funciones diarias del Cineclub Florida.
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