En la vida hay muchas cosas por las que solemos vivir y a diario nos preguntamos… Es esto lo que realmente quería para mí? Sin imaginar lo que está por venir….!
Desde niña siempre soñe con la vida perfecta basada en una familia real y unida, llena de amor y mucho calor fraternal con la ilusión de que siempre todo estaba bien y que todo estaba construido arriba de un pedestal de cristal. Teniendo un Apollo incondicional de parte de mi padre y una serie de instrucciones inquebrantables pero muy llenas de amor de parte de mi madre, siempre aplicada en mis estudios y labores de la casa acompañado de diversión y mucha alegría… A pesar de ser un sueño lo viví con mucha receptividad que aún recuerdo y percibo todo como si fuera ayer.
Al pasar de los años todo se fue acabando poco a poco y un ejemplo de ello es como cuando tienes un puñado de espuma en tus manos y con el pasar de la brisa se va desvaneciendo y justo cuando empiezas a ver eso quieres accionar y detenerlo para que nunca se acabe, pero es imposible porque cuando solemos tomar decisiones siempre trae consecuencias, bien sean malas o buenas….
Y llegó el día, en el momento en que menos lo esperaba mi pedestal se quebró pero no de manera rápida fue más bien de una forma en que los pedazos caían de manera inconstante, donde cada trozo tenía un nombre y ocurría después de ello, un desacuerdo, un desagrado, un disgusto, malas caras, desconfianza, desamor, inrespeto e infidelidad.
Al cabo de un tiempo todo eso termino lo excelente, lo bueno,lo malo y lo desagradable, siendo cada una de ellas trayendo como consecuencia las heridas, heridas que para ese momento no podían ser sanadas y mi pedestal se derrumbó por completo y ya no había remedio…. Porque? Por qué a mi…!? Como unir cada uno de esos trozos rotos? Eran las preguntas que estaban dentro de mi cabeza y mis ojos llenos de lágrimas… y era hay, justo en ese preciso momento en el que estaba desbastada por lo ya perdido que no había razón para vivir, solo quería devolver el tiempo atrás y poder encontrar el error cometido y no dejarlo ocurrir.!
Pero era imposible de hacer, solo me quedé a esperar que sucedía y dejar que los adultos escogieran. Después de todo esto pensé que había llegado la calma pero no era así, nos tocó vivir desamparo paterno pero teníamos el consuelo de una madre constante y luchadora, con el pasar de los años nos tocó trabajar honradamente y ser el Apollo incondicional de nuestra madre y ella el nuestro… nunca se rindió bien fuera por vernos feliz.
Ya de adultas mi hermana y yo nos tocó ser transformada por un ser Divino que su poder y magnificencia es inexplicable pero es un poder que sana que restaura y transforma, ya siendo un hogar de tres mujeres la misericordia de Dios nunca nos faltó y así pudimos salir adelante hasta hoy…
Solo nos queda agradecer por cada día que se nos regala y pensar bien las decisiones que vallamos a tomar por qué lo mencioné antes cada una de ellas trae una consecuencia buena o mala, procuremos ser más parte de la solución y no del problema, problema que causamos a personas inocentes que no merecen ser perjudicadas por nuestras malas decisiones, siempre tratemos de andar con la verdad por muy difícil que sea pero es más perdonable.
Con el pasar del tiempo las heridas sanan y la vida sigue. Y recuerden todos tenemos algo que contar.
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