“Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”: la frase que definió a Spider-Man
¿Quién podría olvidar la mítica frase del Tío Ben: “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”? Pronunciada por primera vez en la icónica película Spider-Man de Sam Raimi (2002), marcó un antes y un después en el cine de superhéroes, poniendo a Marvel en el centro de atención. Años más tarde, fue la Tía May quien la retomó en Spider-Man: No Way Home (2021), cargándola de una nueva emoción y otorgándole un significado renovado al Spider-Man de Tom Holland.

Esa escena no solo conmovió al público, sino que reafirmó la importancia de esta idea dentro del Universo Cinematográfico de Marvel, consolidando su papel como uno de los pilares narrativos de la saga del Hombre Araña. No solo definió al personaje, sino que encapsuló una filosofía que ha marcado generaciones y que seguirá resonando en el futuro.

Origen de la frase
Fue en los cómics de Spider-Man escritos por Stan Lee y Steve Ditko, específicamente en Amazing Fantasy #15 (1962), donde debutó por primera vez el personaje. Curiosamente, aquella famosa frase no era pronunciada por ningún personaje en ese momento, sino que aparecía como una narración final, a modo de moraleja.
Con el paso del tiempo, esta línea fue atribuida directamente al Tío Ben, convirtiéndose en su legado hacia Peter Parker. Su impacto se consolidó cuando fue popularizada en la película Spider-Man (2002), dirigida por Sam Raimi, donde adquiere un peso dramático fundamental en la transformación de Peter en el héroe que todos conocemos.

En Spider-Man (2002), la frase “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad” es pronunciada por el Tío Ben en una conversación con Peter, poco antes de su trágica muerte. Preocupado por los cambios de actitud de su sobrino, Ben intenta aconsejarlo, sin saber que Peter ya ha adquirido sus poderes y había empezado a abusar de ellos causándole daño a uno de sus compañeros de clase. En ese momento, Peter desestima su consejo y se marcha molesto del auto. Poco después, Ben es asesinado por un ladrón que Peter tuvo la oportunidad de detener, pero dejó escapar por resentimiento con el dueño del club de boxeo el cual no le había dado la cantidad de dinero que le había prometido por ganar la pelea. Al enfrentarse a esa pérdida, Peter comprende el verdadero significado de las palabras de su tío: tener un poder extraordinario también implica hacerse responsable de cómo se usa. Ese momento de culpa y revelación se convierte en el catalizador y lema definitivo que lo impulsa a asumir su rol como el amigable héroe y vecino Spider-Man.
En Spider-Man: No Way Home, es la Tía May quien le dice a Peter la frase “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad” instantes antes de morir, tras haber sido herida por el Duende Verde quien la había golpeado con su planeador. En ese momento, Peter está devastado, y las palabras de May se convierten en su nuevo faro moral. La escena reinterpreta el legado del Tío Ben en esta versión del personaje, dándole a May el rol de mentora y reafirmando la responsabilidad de Peter de actuar con altruismo, a pesar del dolor y la pérdida.

Contexto cultural y legado de la idea
Más allá del universo de Spider-Man, la frase se ha convertido en un principio ético universal que trasciende el cine y los cómics. Se ha citado en discursos políticos, campañas sociales y reflexiones personales sobre liderazgo, poder e influencia. En un mundo donde las decisiones individuales pueden tener impactos colectivos desde las redes sociales hasta la política global esta idea sigue siendo relevante. Representa la noción de que el poder, en cualquiera de sus formas, no debe usarse para el beneficio propio, sino con conciencia y responsabilidad hacia los demás. En ese sentido, el legado de Spider-Man no solo es el de un superhéroe, sino el de un símbolo de madurez moral que ha inspirado a generaciones a actuar con empatía y compromiso.
Escuchar por primera vez la frase “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad” fue más que una simple línea de película. En ese momento, siendo más joven, no comprendía del todo su profundidad. Pero con el tiempo, entendí que no se trata solo de superhéroes, sino de decisiones. Todos, en mayor o menor medida, tenemos poder sobre algo: nuestras palabras, nuestras acciones, nuestras elecciones. Y esa frase me hizo pensar que lo importante no es lo que uno puede hacer, sino lo que decide hacer con ello. Tal vez por eso sigue resonando hasta hoy.
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