Deambulaba por las calles en una mañana fría de otoño. Las hojas en el piso no dejaban darle un rumbo a su camino, tampoco a su pensamiento. Se detuvo a causa del impacto que le produjo lo que delante de sí parecía un surreal simulacro o el producto extraño de su imaginación: extraño, ya que en su estado era difícil presuponer tal imagen. Hacía tiempo que solo deseaba sobrevivir a su pensamiento. El viento arremolinado lo sumió y lo hizo parte. Una vez dentro, pudo ver toda su vida y todas las vidas que habían sido parte de la suya. Se despertó sintiendo haber dormido mil años. Un niño a su lado le tendió la mano y le preguntó qué clase de sistema era.
—¿Sistema? —Él respondió con varias preguntas—: ¿Quién eres? ¿Cómo te llamas? ¿En dónde estamos?
El nombre del niño le resultaba familiar, pero el lugar y la palabra para describir dónde estaba lo atemorizó. Jamás había escuchado a un niño que aparentaba apenas dos o tres años hablar con tal elocuencia, inteligencia y sabiduría.
—Mi nombre es Mart, pero me apodan "Monster" —dijo el niño—. El apodo me lo he ganado gracias a lo que puedo pensar (y hacer) en cada sistema y especie, pero hace más de mil años que no encontraba un espécimen de tu sistema. Debes ser una falla en la encriptación. Vamos a CAP; allí te estudiaremos y te ayudaremos a elegir tu planeta. No te preocupes, a pesar de mi apodo, suelo ayudar a sistemas como el tuyo.
Entendió que todo debía ser un sueño o quizás lo que ocurre después de la muerte. Sospechó que algo malo ocurrió en su "observación" y "estudio", ya que entre "Monster" y sus secuaces lo miraban aterrorizados.
Habían consumido todos los recursos de aquel planeta hacía miles de años. No entendían cómo había escapado a sus cálculos "El Extranjero". La investigación sobre su génesis implicaba indagar la construcción de sus propios sistemas. A cada paso que reconstruían la historia del Extranjero, las pistas conducían de manera sospechosa a "Monster". Los motivos de haber desaparecido aquel sistema quedaban claros, pero el Extranjero había sido no solo una falla, sino una excepción a la consideración general que había importado para la gran "desaparición". Se creía que a todos los habían reunido y extraído, acumulando la llamada "gran conciencia". Sin embargo, los motores principales del sistema del Extranjero eran disímiles a sus pares: la forma en que había abandonado lo que su especie llamaba "amor", "dinero", "felicidad", pero no porque no le interesara (eso era imposible), sino porque descubrió en aquel sueño el "presente futuro" donde se encontraba, en un pasado donde nadie siquiera podría soportar entender tal juego. Haber descubierto esto en "El Extranjero" los dejó perplejos y preocupados.
¿Sería "El Extranjero" el verdadero creador? De ser así, sus sistemas y conciencias podrían ser sumidas inmediatamente. La conexión entre "Monster" y "El Extranjero" fue descubierta: había sido creado en un sueño del Extranjero hacía más de mil años. Mientras intentaba extraer la conciencia del Extranjero, quedó paralizado. Antes de apagarse, "Monster" le hizo una última pregunta:
—¿Tu me creaste a mí o fue al revés?
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