Lilo y Stitch (2025): un remake que no decepciona

Spoilers

La nueva película de de Lilo y Stitch (2025) logra superar uno de los mayores desafíos de Hollywood hoy en día: contentar a los fans más acérrimos sin hacer que quieran lanzar las palomitas contra la pantalla. Sí, lo dije. Los remakes suelen venir cargados de expectativas y miradas en blanco, pero este… es sorprendentemente agradable.

Soy escéptica con los remakes. Cuando se trata de revivir clásicos, mi deseo principal siempre es una historia nueva con personajes nuevos. Es decir, dame algo que no haya visto antes. Si eso no es posible, entonces una reinterpretación audaz y creativa que lleve el original en una dirección distinta también es bienvenida. Pero si ninguna de esas dos opciones se da, Lilo y Stitch (2025) cae en una tercera categoría: un remake que es, sencillamente, un homenaje sincero para los fans y que funciona.

La película tiene corazón, eso es innegable. Conserva todo el encanto peculiar del original: el vínculo entre hermanas, la calidez isleña y, por supuesto, Stitch, el adorable alborotador caótico que todos amamos. Pero los creadores no se limitaron a repetir las mismas escenas y diálogos de siempre. En su lugar, incorporaron ideas nuevas y actualizaron la historia para hacerla más inclusiva, sin subrayarlo en exceso. Es sutil, pero significativo.

El estilo característico de la dirección brilla aquí: delicado, emotivo y respetuoso con el material original. Se conservaron los pequeños detalles que hicieron memorable la primera versión (como la cultura hawaiana y esa mezcla perfecta de humor y emoción), al tiempo que se añadieron elementos nuevos que hacen que la película se sienta viva y relevante para el público actual. Es como un cálido abrazo para los fans de siempre y una puerta abierta para quienes llegan por primera vez.

Lo que más me sorprendió fue cómo la película logra equilibrar la nostalgia con una energía renovada. No cae en la trampa de abusar de referencias antiguas ni del guiño fácil al espectador. En lugar de eso, utiliza la nostalgia como base para construir algo encantador por mérito propio. No hace falta ser un fan empedernido para disfrutarla, pero si lo eres, los guiños y referencias te van a encantar.

La película también amplía, de forma sutil, su visión sobre la familia y la identidad. Aunque el original ya abordaba estos temas con sensibilidad, esta nueva versión da un paso más al incluir personajes y relaciones más diversos, que reflejan un espectro más amplio de experiencias reales. No se trata de una inclusión forzada ni de marcar casillas; se siente genuina, integrada con naturalidad en la historia, y aporta una capa nueva de profundidad.

Claro que no es perfecta. Algunos momentos resultan algo previsibles y hay un pequeño bajón en el ritmo hacia la mitad. Pero, sinceramente, son detalles menores en una película que, en general, transmite cariño y cuidado. Se nota que los creadores no querían simplemente aprovechar la nostalgia; querían ofrecernos algo que honre al original y que también se sostenga por sí mismo.

Así que, si estás cansado de los remakes que destrozan tus recuerdos de la infancia o que parecen hechos por inercia para ganar dinero fácil, Lilo y Stitch (2025) puede ser justo el soplo de aire fresco que necesitas. Una muestra de fan service bien hecho: cálida, divertida, inclusiva y auténtica. Un recordatorio de que, a veces, un remake no tiene por qué ser una decepción.

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