Harry Potter mi lugar seguro

Porque no importa cuántos años pasen, Harry Potter no fue solo una saga de libros o películas. Fue un refugio. Un castillo mágico al que muchos entramos cuando el mundo real dolía.

Era abrir una página… y escapar. O mejor dicho: aparecernos.

Yo crecí con los libros. Y crecí también con cada estreno en el cine. Recuerdo esperar las películas como si fueran eventos sagrados. Me sé los hechizos, las casas, los secretos. Lloré, soñé, y encontré en Hogwarts un lugar donde todo tenía sentido.

Y ahora, años después, la magia no terminó conmigo: mis hijas también son parte de este universo.

Han leído los libros conmigo, han visto las películas una y otra vez a mi lado.

Es nuestra saga de Navidad favorita, nuestro lugar seguro cuando queremos reírnos, llorar, soñar o simplemente estar juntas.

Hogwarts ya no es solo mi hogar. Es el nuestro.

Las enseñanzas fueron muchas, pero sobre todo aprendimos que el amor de una madre puede vencer la muerte, que la amistad se forja en los momentos más oscuros, y que hasta el más incomprendido puede convertirse en héroe (Snape, siempre Snape…).

Los libros nos enseñaron a crecer, pero también a creer.

A luchar contra nuestros propios dementores.

A que el bien y el mal no siempre están tan claros… y que a veces, el verdadero coraje es elegir lo correcto cuando da más miedo.

Muchos crecimos junto a Harry. Otros nos vimos en Hermione. O tal vez en Luna, tan diferente, tan libre.

¿Mi top 5?

1. El Cáliz de Fuego — la emoción, el torneo, Cedric, la oscuridad regresando. Un antes y un después.
2. Las Reliquias de la Muerte Parte 1 y 2 — la despedida, las revelaciones, el dolor, la guerra. Todo.
3. La Cámara Secreta — el misterio, el diario, el basilisco, el miedo puro.
4. El Prisionero de Azkaban — el tiempo, el mapa del merodeador, el giro inesperado.
5. La Orden del Fénix — la resistencia, el dolor de Sirius, el renacer de la lucha.

Y aquí estoy, años después, escribiendo esto y sintiendo que sigo en Hogwarts cada vez que lo necesito. Porque Hogwarts no era solo un colegio…

Era un hogar.

Y si algo nos dejó esta saga, es que la magia existe.

Está en los libros, en las películas, en los amigos que hicimos por amar lo mismo…

Pero sobre todo, está en nosotros.

Y ahora también…

vive en nuestras hijas.

Siempre lo estuvo.

Siempre lo estará.

Siempre Hogwarts.