los pecadores 

Innovación de género

Ryan Coogler redefine el cine de terror fusionándolo con thriller rural, musical folk‑blues, drama social y vampirismo gótico, logrando una obra híbrida nada convencional

Impacto sociocultural

Ambientada en el Misisipi de los años 30 y con personajes afroamericanos en el centro —incluyendo un club de blues— la película articula una crítica al racismo, al fanatismo religioso y al Ku Klux Klan, simbolizado por vampiros

Música como alma narrativa

El blues no solo acompaña sino que impulsa la narración, siendo esencial en una escena onírica donde confluyen diferentes géneros musicales y generaciones .

Actuaciones destacadas

Michael B. Jordan deslumbra en doble papel como los hermanos gemelos Smoke y Stack; su química emocional es reforzada por un elenco sólido, incluyendo Hailee Steinfeld, Wunmi Mosaku, Jack O’Connell y Delroy Lindo

Reconocimiento crítico y público

Obtuvo 98 % en Rotten Tomatoes, una calificación “A” en CinemaScore (solo segunda de terror en lograrlo desde 1986), y recaudó más de 187 M USD en EE. UU.

Experiencia sensorial

Más que verse, se siente: gracias a su atmósfera visual —rodada en 70 mm/IMAX—, edición emocional y enfoque inmersivo, ofrece una experiencia cinematográfica intensa y ritualística

Reflexión final

Los Pecadores no es solo una película de terror: es una obra de arte cultural que conmueve con su estética, potencia narrativa y compromiso social. Su audacia para mezclar géneros, su homenaje al legado afroamericano y sus vibrantes actuaciones la convierten en una de las películas más notables de 2025.

Ryan Coogler se ha convertido en un referente dentro de la industria. Comenzó con cine de autor, muy combativo, con el racismo de Estados Unidos. Su ópera prima fue Fruitvale station donde hablaba de la violencia policial en su país. Después, rodó Creed, una continuación de Rocky con un protagonista racializado, su amigo Michael B Jordan, a quien le daría también un papel en Black Panther, la primera película protagonizada por un superhéroe negro y toda una oda a la cultura afroamericana. Ahora, da un paso más con una de las obras más arriesgadas de su carrera, Pecadores, una película con un grandísimo presupuesto, que mezcla música, terror, elementos sobrenaturales y una crítica al racismo en el sur de los años 30.

Creo que las mejores películas de terror siempre han reflejado la sociedad, han hecho una instantánea de ese momento", nos cuenta en una entrevista en la Cadena SER. Dos gemelos, ambos interpretados por Michael B Jordan, regresan a su ciudad sureña en los años 30, después de haber logrado una pequeña fortuna de manera poco ortodoxa en Chicago. Su intención es crear un club de blues para que su gente pueda disfrutar, cuando termina de recoger el algodón o cuidar las casas de los blancos o esquivar la brutalidad del Ku Klux Klan.

"Si miras la cultura de aquella época, descubres que a la gente le encantaba pasar un buen rato. La vida era dura, así que vivían duro y se divertían mucho. Y también eran muy supersticiosos. Es como si estuviera intrínsecamente conectados con la música. El blues era considerado como la música del diablo y se caracterizaba por abarcar todo lo carnal, lo sexy, lo físico. Pero también eran muy profundos. Eran personas que iban de fiesta la noche el sábado, pero por la mañana iban a la Iglesia", nos cuenta. Esa dualidad es la que ha querido explorar en su película, que mezcla muchos géneros para imbuir al espectador en aquella época. "Se trata de abarcar todos los matices de lo que significa estar vivo: la sensación de peligro, la euforia y esa parte sobrenatural que también estaba en la que podía ser la última noche de sus vidas".

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