Rodrigo Santoro desarrolló una carrera internacional tras consolidarse en el cine y la televisión brasileña. Sus papeles en Bicho de Sete Cabeças y Carandiru evidenciaron su fuerza dramática, lo que derivó en visibilidad global con Love Actually y su interpretación de Xerxes en 300. Alterna producciones de Hollywood con cine brasileño, destacando Heleno por su enfoque biográfico. También trabaja en doblaje y narrativa serializada, como en Westworld, sosteniendo una trayectoria marcada por la versatilidad y la preparación rigurosa.