Oranges Are Not the Only Fruit (1989)

La voluntad y el corazón extraordinariamente fuertes de Jessica le permiten rebelarse contra su educación fanática y de culto. De los siete a los diecisiete años, a Jess le lavan el cerebro para ser una de las "salvas", dedicar su vida a Jesús, seguir las enseñanzas discriminatorias del pastor Finch y su comprensión del Apocalipsis. Como lo dicta su cálida personalidad, logra adaptarse a este régimen y difunde la palabra de Jesús de una manera bastante contenta. Pero cuando su amistad con Melanie se convierte en algo un poco más "antinatural", se da cuenta fácilmente del error de las enseñanzas del Pastor. Las niñas son sometidas a tratos terribles para convencerlas de que se arrepientan.