Mary y Max puede que sea la película animada más sencilla que he visto este año en términos de producción. El modelado en volumen y la técnica del stop-motion rara vez se ven en películas que promueven la "tecnología" y el "realismo" de hoy en día. Pero esta película independiente, sin efectos visuales deslumbrantes, interpretaciones heroicas ni publicidad a gran escala, genera más impacto espiritual que cualquier éxito taquillero en 3D. A primera vista, puede parecer aburrida pero...no te preocupes. Es lo suficientemente lenta para retorcer tu corazón y llegar directamente a las cicatrices que creías que estaban escondidas. La buena medicina siempre es amarga. Si Up es un extraordinario cuento de hadas para adultos, esta película es un bisturí que analiza nuestro mundo espiritual.
Max dice: "Te perdono porque no eres perfecta y yo tampoco. Nadie es perfecto. Incluso aquellos que tiran cosas por la puerta. Cuando era joven, quería ser cualquiera menos yo. El Dr. Bernard Hazelhoff dijo que si estuviera en una isla desierta, tendría que adaptarme a vivir solo con cocos y conmigo. Dijo que tendría que aceptarme a mí mismo, a mis defectos y a todo lo que me rodeara. No podemos elegir nuestros defectos porque ellos también son parte de nosotros. Sin embargo, debemos adaptarnos. Pero podemos elegir a nuestros amigos. Me pone feliz haberte elegido. La vida de todos es como una gran acera. Algunas están pavimentadas, otras, como la mía, tienen grietas, cáscaras de plátano y colillas de cigarrillos. Tu acera es como la mía pero sin tantas grietas. Ojalá, algún día, nuestras aceras se encuentren y podamos compartir una lata de leche condensada. Eres mi mejor amiga. Eres mi única amiga."
He repetido este diálogo una y otra vez y casi lo he memorizado.

El comienzo de la película, al igual que Amelie, presenta los perfiles de dos personas con tonos contrastantes, y la historia se desarrolla a lo largo de estos dos colores. Los protoganistas no tienen ningún tipo de relación: uno vive en Melbourne, el otro en Estados Unidos y comienzan a comunicarse por casualidad. Ambos descubren que son similares: aman el chocolate, les gustan las animaciones nobles, viven en rincones solitarios de la ciudad, les falta amor, tienen pocos amigos, rara vez sonríen y les cuesta acercarse a los demás. Mary nació con una marca de nacimiento en la frente, algo que la hace sentir insegura, mientras que Max padece una enfermedad mental y pasa sus días con amigos imaginarios y peces de colores.
Traspasando fronteras geográficas, su encuentro virtual les permite encontrar a la persona que mejor los entiende. Continúan expresando sus pensamientos y opiniones sobre la sociedad, el amor, la amistad, el sexo y el mundo espiritual a través de cartas y constantemente se cuentan sus preferencias y experiencias. Durante este tiempo, logran decir todo lo que no pueden decir en su vida diaria y se consuelan mutuamente. Poco a poco, una amistad sincera comienza a crecer y sus cartas se convierten en lo que más esperan durante sus días. Se "abrazan" y se vuelven el apoyo más leal del otro.

Max puede contar más experiencias porque tiene 44 años. Entonces, cuando Mary menciona algunos temas delicados, Max queda destrozado; su boca es como una abrochadora y no puede hablar. "¿Alguna vez te han molestado?" "¿Alguna vez has amado a alguien? ¿Alguna vez has hecho el amor?" Estas preguntas inocentes son como cuchillos que desentierran el dolor escondido en lo profundo de la memoria de Max, poniéndolo ansioso y obligándolo a enfrentarse a sí mismo nuevamente. Él se veía a si mismo en la infancia e incómoda adolescencia de Mary.
En ese momento, cuando el corazón de Max estaba siendo metido en la lavadora y aplastado, ¿también te conmovieron las preguntas de Mary? ¿Podrías responder a sus preguntas? ¿Sentiste lo mismo? Cuando te quitas el traje... ¿también tienes cicatrices? Los adultos se creen fuertes pero la inocencia infantil los puede hacer colapsar. La joven Mary estaba enamorada de su vecina y anhelaba tener un encuentro con ella, pero estaba herida por amor. Le dijo a Max: "Sé que el amor me hace insoportable, así que no quiero intentarlo. No creo que el amor sea para mi". Su vida está llena de cambios. Pierde a sus padres, pierde a su amor y casi pierde a su amigo Max. Pero al final, él la perdona porque cree que no había elegido a la amiga equivocada. Sólo la tenía a ella. Cuando Mary estaba casi desesperada por la vida, fue el perdón de este viejo amigo lo que le permitió levantarse otra vez. De hecho, en estos fugaces 20 años, su amistad se perfecciona hasta volverse indestructible, y supera incluso el amor y la familia de Mary.

La escena final es el momento más conmovedor de toda la película. Después de muchos años, Mary finalmente decide encontrarse con Max. Cuando entra a la casa lo ve sentado en el sofá. Max la hace usar el librito de las expresiones faciales, lo que indica que estaba listo para darle la bienvenida. El techo de la habitación de Max estaba lleno de cartas de Mary, perfectamente conservadas. El tiempo había pasado de manera silenciosa entre ellos. La vieja máquina de escribir también se convierte en un símbolo de su amistad, al sol junto a la ventana. En ese momento, Mary mira todo y se larga a llorar. Creo que en el proceso del intercambio de sus sentimientos, ellos comprendieron lo que era el amor y lo practicaron mejor que otros.
Pasamos toda nuestra vida explorando el valor de la amistad. Algunos dicen que la amistad es una relación duradera mientras que otros dicen que es frágil. El amor, la amistad y la familia siempre aparecen ante nosotros como preguntas de opción múltiple y diferentes personas darán diferentes respuestas. En realidad, lo más importante en el proceso de llevarse bien con los demás eres tú mismo. Hay un dicho: "Tú eres lo que eres y tu mundo es lo que eres". Debes poder abrirte completamente antes de poder ganarte la confianza y el reconocimiento de los demás. Esto puede ser arriesgado, pero también es el precio que hay que pagar en esta vida.

Mary ni siquiera sabía quién estaba al otro lado de la carta, pero entregó su verdadero yo y, a cambio, recibió un trato igualitario y una amistad verdadera. Hoy en día, las personas tienen un fuerte sentido de autoprotección y, en el proceso de elegir amigos, suelen perseguir la perfección y se fijan demasiado en los estándares. Los padres también suelen decir: "Fulano de tal no es un buen niño, no juegues con él". Todas estas son ideas patológicas, y se convierten en un muro que bloquea la conexión entre los corazones. No hacemos amigos por placeres temporales, ni por beneficio personal, ni perseguimos la llamada "igualdad". Los amigos que necesitamos no son aquellos que nos acompañan a comer, beber y jugar todos los días pero que nos abandonan cuando lo perdemos todo, sino aquellos que pueden darnos una bofetada cuando cometemos errores, ponerse adelante de la espada cuando nos atacan, y acompañarnos por la larga acera cuando más confundidos estamos, entendiendo nuestros pensamientos más íntimos sin decir una palabra.
De hecho, la amistad se trata de eso: quererse primero a sí mismo para poder querer al otro de la misma manera.

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