Si alguna vez pensé que había una peli de perros perfecta, antes de ver Dogman, fallé.

La historia de un hombre que durante toda su vida ha sido maltratado por su familia, por la gente, por las circunstancias y que solo encontró el amor en la relación que mantenía con los perros que cuidaba su padre, quien no los tenía por amor sino porque se lucraba con peleas de perros, es para mí la peli perfecta.
Esta producción francesa, dirigida por Luc Besson, es una película retorcida, loca y hasta tierna en ocasiones que se convierte en una carta de amor a uno de los animales que más cercano se hace a la raza humana, aunque existan algunos que no merecen esa clase de amor. Inspirada en una historia real, cuenta cómo un niño encuentra amor de donde viene y, en este caso, viene de los perros.

Al principio, creí que la historia iba a ser muy de acción y que, además, me encontraría con un personaje despiadado y vengativo, pero, sin ánimos de hacer spoiler, no fue ni lo uno ni lo otro.
La actuación MAGISTRAL de Caleb Landry, a quien recordaba pero no ubicaba en ningún personaje en específico, fue una obra de arte de principio a fin. Un arsenal de primeros planos, condicionado por las características del personaje, fue increíble lo que logró y cómo mantuvo mi atención en cada diálogo en el que derrochó nada más que talento.

Me hizo recordar un poco al Joker de Joaquin Phoenix, pero no por la trama, sino por el compromiso con el personaje.
Para mí, es un 8 de 10.
Si la viste, coméntame tu opinión. Si conocías a Caleb, coméntame qué opinas del actor y si leíste acá, muchas gracias y felices fiestas :)
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