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Fragmentos de un discurso amoroso en Casablanca: “Siempre nos quedará París.”

Spoilers

Tomar decisiones difíciles también es un acto de amor; una de ellas es el dejar ir. Rick e Ilsa, la pareja icónica que terminó no siendo.

"Casablanca" es un ejemplo eterno de pasión y sacrificio que ha cautivado a audiencias durante más de 80 años. Dirigida por Michael Curtiz y estrenada en 1942, sigue siendo un hito en la historia del cine, y gran parte de su poder perdurable proviene de la dinámica entre estos dos personajes.

Nos ubicamos en diciembre de 1941 en la ciudad marroquí de Casablanca, parte de la Francia libre. En sus pobladas calles habita un amplio crisol de culturas. Podemos escuchar italiano, francés, alemán e inglés. Observar prendas tradicionales, trajes y uniformes militares.

Aun así, con todas sus diferencias, también podemos encontrar puntos en común.

La mayoría eleva su mirada al cielo al sonido de un avión, deseosos de conseguir salvoconductos para salir de esta ciudad (devenida en una especie de purgatorio en tiempos de guerra) en dirección a Lisboa y de allí a América.

Mientras tanto, “Todos vienen al café de Rick”.

Este es el nombre de la obra teatral (que como tal solo llegó a ser producida en el año 1991) escrita por Murray Burnett y Joan Alison, adaptada para esta película por Howard Koch y los gemelos Julius y Philip Epstein, que además de brindarnos una de las historias de amor más emblemáticas del cine, también es considerado como el mejor guion de todos los tiempos de acuerdo con una lista publicada por el Gremio de Escritores de América en el año 2006.

Rick Blaine, interpretado magistralmente por Humphrey Bogart, es el propietario del Rick’s Café Americain. Carismático y cínico a igual medida, solitario y cargado con un humor sarcástico, la amargura en su voz y la actitud aparentemente desinteresada denotan un pasado cargado de desilusiones.

El café es el punto de encuentro de la ciudad y el escenario donde se desarrollará tanto la trama de la película como el reencuentro de la pareja a la que hoy le dedico este artículo.

Es aquí donde Rick obtendrá dos de los tan codiciados salvoconductos, es aquí donde volverá a escuchar “As time goes by” luego de tanto tiempo, es aquí donde volverá a cruzar miradas con Ilsa Lund (Ingrid Bergman), mujer que espero en la estación de trenes en París años atrás pero que nunca apareció.

Aquí se descubre también la razón por la que ella nunca se presentó en la estación, Victor Laszlo (Paul Henreid), su marido.

Victor, líder de la resistencia checa, es un hombre admirado por muchos y perseguido por los nazis. Su encarcelamiento en un campo de concentración y la noticia falsa de su muerte fue lo que dio lugar para que el amor entre Ilsa y Rick floreciera en París. Fiel a su causa, llega al café con la esperanza de conseguir salvoconductos para seguir con sus operaciones.

Ilsa es presentada como una mujer en conflicto, dividida entre su amor por Rick y la lealtad hacia su esposo. Su dilema no es simplemente una cuestión de amor romántico, sino de ideales y deberes más elevados. Su decisión de dejar a Rick en París para seguir a Laszlo, aunque dolorosa, revela su compromiso con un motivo mayor.

El reencuentro entre Rick e Ilsa en Casablanca reaviva viejas emociones y conflictos, las interacciones entre ambos están cargadas de tensión y pasión contenida. Desde el primer momento se observa una palpable química que muy pocas veces se ha repetido en la gran pantalla.

“La identidad fatal del enamorado no es otra más que ésta: yo soy el que espera” escribiría Roland Barthes en su libro Fragmentos de un discurso amoroso, publicado en 1977. La ausencia, el recuerdo, la espera, el abandono y el sacrificio son temas centrales tanto en el libro como en la película.

Barthes habla del "Recuerdo" como una constante evocación de momentos felices que no se pueden recuperar. Proviene etimológicamente de “re” que significa de nuevo, y “cordis”, que se traduce como corazón. Es decir, vendría a significar “pasar nuevamente por el corazón”.

El enamorado que no olvida a veces, muere por exceso, fatiga y tensión de memorias” es otra de las frases que podemos encontrar en el libro.

En "Casablanca", los recuerdos de Rick e Ilsa en París son un refugio emocional y una fuente de dolor para Rick. Su personalidad parece ser moldeada por la ausencia.

En su última noche en Casablanca Ilsa se encuentra con Rick para contarle las causas de su separación con detenimiento, argumentando el porqué de su decisión. En este momento ambos personajes muestran un crecimiento poniendo sus emociones en un segundo plano. Ilsa exterioriza la importancia de la obra de Victor y Rick escucha con atención sin dejarse agobiar por el resentimiento.

La evolución de los personajes y de su amor culmina en el aeropuerto, con su interacción final. Rick pasa de ser el hombre que tenía como lema personal “no jugarse el cuello por nadie” a sacrificar su felicidad personal. Tiene en sus manos el poder de la elección y toma la difícil decisión de dejar ir. Cede los salvoconductos priorizando el bien mayor por encima de sus propios sentimientos.

La película no ofrece un final feliz en el sentido convencional, pero sí una resolución que honra la complejidad de sus personajes y la gravedad de los tiempos en los que viven.

El avión parte y probablemente nunca vuelvan a verse.

El amor a veces está hecho para otros tiempos...

Siempre les quedará París.

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