¿Quieres ser John Malkovich? Un acercamiento a Kaufman y su exploración de los rincones de la mente 

Es interesante la propuesta de pensar cuáles fueron las películas que nos marcaron y dejaron una huella indeleble en nuestra existencia. Dentro de ese gran abanico que uno puede desplegar, invocando sensaciones y afectos, rescato una en particular que se remonta a mí niñez/preadolescencia: ¿Quieres ser John Malkovich? dirigida por Spike Jonze y con guión de Charlie Kaufman.

¿Qué puedo decir de esta película? No recuerdo muy bien la edad que tenía pero sí el impacto. Cuando la ví, algo de la realidad se fisuró y escapó al orden establecido. Fue, quizás, uno de los primeros acercamientos al absurdo, al aspecto trágico y complejo que se entrama en esto que llamamos vivir. Claro, yo era chico, no lo viví exactamente como lo estoy contando ahora, pero algo de esa película me acompañó hasta hoy. Solo imaginen estar solos en sus casas, viendo televisión y encontrar algo así: un personaje frustrado con su sueño de ser un titiritero reconocido, entra a trabajar en un edificio enorme en una zona comercial. Su lugar de trabajo está en el piso 7 ½ y dentro de su oficina, detrás de unos pesados ficheros de archivos, encuentran por casualidad una pequeña puerta, ínfima, que de entrar allí, lo conduce directamente al cuerpo/mente de John Malkovich por unos pocos minutos. ¡Increíble!

La escena mencionada lejos está de ser el nudo central, aunque pueda pensarse de esa manera. En todo caso, funciona como un disparador para desplegar toda una serie de vectores que la película quiere desarrollar. Y en este punto, quiero focalizarme, no en la trama que el film trabaja sino en hablar un poco de Charlie Kaufman, su guionista. Porque en gran parte, gracias a él, me pude acercar a un tipo de cine que reflexiona sobre, lo que creo yo, son ejes nodales de la vida: la identidad, el cuerpo, las relaciones de poder, la tensión entre realidad y ficción. En ¿Quieres ser John Malkovich? podemos encontrar un germen, un indicio de todo lo que vendrá después en las creaciones de Kaufman. Por eso, si de alguna forma hablo de esta película, también estoy hablando de él y de todas sus obras. Entonces, síganme en este juego. Cada vez que lean ¿Quieres ser John Malkovich? piensen a la vez en la figura de Kaufman y cada vez que lean Kaufman piensen en ¿Quieres ser John Malkovich?.

Hablar sobre Charlie Kaufman no es algo sencillo. Habría que decir que su estilo es propio y único; un estilo que puede tener resonancias a lo largo de su obra pero que siempre se juega de manera diferente. Particularmente, el universo de ¿Quieres ser John Malkovich? es complejo, onírico, desesperante y extremadamente lúcido. Por momentos es desgarrador, a la vez que increíblemente vital. Uno no sale siendo el mismo luego de ver la película.

Kaufman es el creador de escenarios cargados de referencias. De cierta forma es una mente que ubica el trazado de sus elucubraciones no solo en los planos globales de sus personajes sino también en lo microscópico y en lo capilar de sus historias; este es un motivo para volver sobre sus films, para agudizar la vista y también para explorar con mejor sensación el mundo de sus diálogos y las voces que narran lo que sucede.

Uno siempre termina con una mezcla de asombro y perplejidad luego de esa experiencia. Ahí está uno de los efectos Kaufman: ese sentido de incomodidad que puede o bien funcionar como un motor para comprender, al menos en cierto grado lo que se vio o para directamente abandonar el proyecto de ver sus películas. Esa incomodidad es sensible e intelectual porque el cine de Kaufman se corre de la mirada clásica donde la trama se desarrolla de manera unidireccional y lineal. El registro de su trabajo pasa por elaborar canales donde los parámetros temporales se alteran y se mezclan. Todo de alguna manera está desajustado. Y esto se puede ver tanto en el cuerpo material de sus personajes como así también en su psicología y en el modo de elaborar sus afectos. En definitiva, el cine de Kaufman es filosófico, poblado de existencias en busca de un sentido que pueda rearmar sus vidas desordenadas y vacías. Sus personajes suelen estar angustiados e inhibidos y van en busca de cierto grado de reconocimiento. En este punto, un eje central que atraviesa toda su obra es el de la identidad: quién fue uno, quién es y quién se quiere o puede ser.

En ¿Quieres ser John Malkovich ? hay algo de esto. El “ser alguien” se examina de manera confusa, se descompone en partes. No quiero contarles de qué va la película. Estaría genial que la vean. Me gustaría solo dejar algunos elementos que me resuenan hoy, luego de volver a ver la película siendo, no diría un adulto, sino más bien una forma mutada de aquel niño que la vio por primera vez. Porque de alguna manera, también el cine de Kaufman es una invitación a cierto juego, eso que lo adulto arranca de cuajo cada vez.

Creo que el “ser alguien” en la película trastabilla, funciona mal, se descarrila. Uno puede observar una tensión entre el deseo y los imperativos que conforman lo social. En este sentido, ¿Quieres ser John Malkovich? atraviesa dilemas diversos. No hay sólo una preocupación por lo laboral o lo profesional en los personajes. Hay todo un agenciamiento que se compone con preguntas acerca de la sexualidad, el género y la forma en la cual nos vinculamos con otros; por las derivas y el hastío que puede producir la fama; también hay un trabajo muy fino sobre el paso del tiempo, la eternidad, la vejez y, en este sentido, respecto de la muerte.

Volver a pensar en esta película, me vuelve a convocar ese pequeño gesto, que como un eco cada tanto resuena e insiste sin consultar: si pudieras… ¿serías otra persona? ¿por qué?

LIGHT

Ilumina y aumenta su visibilidad — ¡sé el primero!

Comentarios 8
Tendencias
Novedades
comments

¡Comparte lo que piensas!

Sé la primera persona en comenzar una conversación.