Oh-Dae-Su se arrodilla, deja caer el teléfono, con su cara y manos ensangrentadas dice con sentido de desesperación: Te lo suplico. Por favor no se lo digas a Mido. ¿Qué ha hecho ella de malo? Tu sabes, fue mi error. He hecho algo terrible a tu hermana. (Diálogo de Oldboy)
El director, guionista y crítico Chan-Wook-Park en el 2003 estrenó su segunda película de su serie llamada: “Trilogía de la venganza” donde su objetivo es mostrar la “completa futilidad y [...] cómo está causa estragos en la vida de todos los que intervienen”. (Entrevista en el festival de Cannes 2004).
Oldboy: cinco días para vengarse. Es una película que nos acerca a una imagen donde vemos un mundo el cual observamos detenidamente sin percatarnos que si ampliamos la imagen, este mundo está dentro de uno mucho más grande. El tema de la venganza es plasmado como una ruleta sin fin; cuando entras, comienzas a involucrarte con personas que comparten el mismo deseo. El director nos presenta varias venganzas que se unen y nos llevan a cuestionarnos por quien debemos inclinarnos, quien es más malo, nos muestra hasta donde este hecho nos lleva y como nos deja con las consecuencias.
Giro argumental
En toda película no es necesario que exista un giro argumental para ser perfecta o perdure en el tiempo, pero existen obras que nacieron para hacer historia por sus argumentos impresionantes. El giro argumental se hace con el deseo de continuar sorprendiendo al espectador en todo momento y no dejar que se adelante a los hechos, sino que sienta asombro al no predeterminar que eso pasaría. Oldboy es el claro ejemplo de esto porque canaliza toda la historia para darnos un giro argumental en su último acto.
Sorprender al Espectador
Para saber cómo trabaja esta narrativa de ilusión y engaño, primero debemos conocer un poco de los primeros dos actos. Oldboy sigue un hilo básico de toda película de thriller, acción y venganza donde el protagonista Oh-Dae-Su quiere vengarse de quien lo secuestró y obligó a vivir 15 años encerrado sin saber el motivo. Mientras sigue su plan y trata de buscar a su hija conoce a Mido, una joven que en su primer encuentro se enamora de él y comienza una relación. Poco a poco se acerca al responsable llamado Lee-Woo-Jin y recuerda un momento de su infancia donde vio a Lee-Woo-Jin y su hermana tener relaciones en la escuela. Algo que Oh-Dae-Su comenta y toda la escuela se entera, lo que genera rumores falsos y dañinos sobre la relación. Fue tanto para ella que decide suicidarse frente a su hermano Lee-Woo-Jin.
Hasta aquí vemos que la narrativa sigue el mismo curso o flujo de como comenzó; lo que permite que Chan-Wook-Park en el último acto ofrezca un argumento impactante para la historia. Lee-Woo-Jin le revela al protagonista que Mido es en realidad su hija. Todo este tiempo, él los engañó a través de la hipnosis para conocerse y comenzar una relación amorosa. Es aquí donde Lee-Woo-Jin está listo para revelar la verdad a Mido y Oh-Dae-Su no sabe qué hacer para impedirlo.
Ahora, lo que vuelve este final una de las mejores construcciones argumentales del cine de Chan-Wook-Park es la forma como trabaja con los detalles para revelar el giro que no notamos al principio. Uno de ellos, es la transformación del protagonista. Oh-Dae-Su cuyo nombre significa: “El que cae bien a la gente”. Un individuo que antes del secuestro, era un hombre desvergonzado y desinteresado de los demás. El encierro fortalece su visión egoísta de la vida y alimenta a su cuerpo con el deseo de venganza, pensando que el único motivo de satisfacerla es a través de la sangre. Sin darse cuenta, Oh Dae-Su se ha convertido en una bestia. Lo que lo lleva a una encrucijada, donde piensa en aceptar lo que es o morir negándolo.

Pero, ¿Quién lo lleva hasta ahí? Lee-Woo-Jin. Desde los primeros minutos que Oh-Dae-Su está encerrado, vemos pequeños momentos que nos revelan que su vida ya no le pertenece, que ya no actuará libremente, sino que entrará en un mundo creado por Lee-Woo-Jin. Por eso, cuando es liberado siempre está siendo observado y hace inconscientemente lo que Lee-Woo-Jin quiere. Lo vital aquí es que Lee Woo-Jin sumergió a Oh-Dae-Su en su ira y furia para crear una bestia como él: “Si, tu eres el mejor monstruo que he creado. Te he estado observando durante 15 años. La búsqueda de venganza es la mejor medicina para quien ha sido herido. Pruébalo”. (Diálogo de Oldboy) y Oh-Dae-Su cae en esto y es engañado igual que nosotros, quién pensamos que sería el vengador resultó ser víctima de una venganza muy bien planeada.
La historia nos muestra que Oh-Dae-Su convierte la venganza en parte de su vida, mientras que Lee-Woo-Jin la hace su vida; a tal punto, que después de revelar todo dice: “Ahora, me pregunto para qué viviré Oh-Dae-Su”. Y se quita la vida.
Cambiando al personaje
Este argumento construido por Chan-Wook-Park no queda aquí, porque nos permite ver cómo el personaje cambia por completo y reforma nuestra forma de pensar. ¿Será bueno o malo el cambio de Oh-Dae-Su? Eso depende de sus futuras acciones. En este caso, como dije Oh-Dae-Su hasta ese momento estaba ciego pensando solo en su venganza; pero cuando realmente fue afectado se detuvo a pensar reflexionar en sus actos. Vemos como el imponente Oh-Dae-Su se desinfla en el último momento y ahora debe mirarse así mismo, igual que nosotros.
La obra nos muestra como la venganza nos lleva a crear actos terroríficos que al final no brindan el sentido de satisfacción que promete, sino muchas consecuencias. Lee-Woo-Jin quería seguir culpando a otros en vez de mirarse a sí mismo, pero Oh-Dae-Su sí lo hizo. Porque a todas estas, Lee Woo-Jin le dio una lección a Oh-Dae-Su. No lo hizo de la mejor manera, pero si nos lleva a pensar: ¿Hasta dónde tenemos que llegar para ver la atrocidad de nuestros actos?
La historia termina con el protagonista queriendo olvidar lo que vivió, reconociendo la veracidad de su frase: “Si soy peor que una bestia ¿No tengo derecho de vivir?” Aunque el director nos deja con cierta ambigüedad en la escena final, abierto al criterio del espectador. En lo personal, creo que a partir de ese momento Oh-Dae-Su tendrá que vivir con sus actos y superarlos, ya que su rostro nos expresa la frase que Lee Woo-Jin le otorga: “Ríe y el mundo reirá contigo. Llora y llorarás solo”. Reconocer nuestro ser y tratar de vivir con ello.
Imágenes por:
https://www.imdb.com/title/tt0364569/mediaindex/?ref_=tt_mv_close https://www.katanasycolegialas.es/peliculas/oldboy-o-la-definicion-del-thriller-coreano
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