Cuando hablamos de personas en contra del sistema y lo políticamente incorrecto, como también personas que salen de lo común y lo cotidiano para descompaginar la lógica, hay una genialidad incomprendida. Hay una persona, que de forma natural e inconsciente, genera un cambio. O por lo menos lo intenta. En este desafió, me acorde de esta película, particularmente de este personaje, que como si fuera poco, es interpretado por otro actor que siempre fue una figura fuera de lo común en los rincones de Hollywood. Un caso aparte en la historia del cine mundial.
“Good Morning, Vietnam” (1987) es una mezcla de drama y comedia que hoy es considerada un clásico, es de esos trabajos inoxidables y recordados del cine. Para dar una pequeño argumento, tenemos que remontarnos a la Guerra de Vietnam, particularmente a Saigon. Allí conocemos a “Adrian Cronauer”, un locutor y Disc-Jockey, que el ejercito envia desde Creta para conducir un programa de radio y así entretener a los soldados norteamericanos. Pese a que rápidamente se gano la aprobación de todos los combatientes por sus formas poco ortodoxas y estar lejos de lo tradicional de las trasmisiones radiales, comenzara a tener conflictos con los mayores del ejercito y el poder. Hay cosas que no se hablan, no se piensan y no se escuchan. Ante su rebeldía, comienza a traspasar en los oídos de los soldados que lo respaldan con risas y aplausos.
La película dirigida por Barry Levinson nos envuelve en la grisidad de la guerra y la atmósfera incomoda de los lugares de enfrentamiento. El argumento esta basado en hechos reales y puede que eso sea un factor importante para creer en la genialidad de la versión fílmica de “Cronauer”, el aviador y locutor de esta historia. Si bien, el original locutor no era necesariamente lo que vimos en el film, Robin Williams le dio su aura, una presencia distinta y se sintió como pez en el agua en esta interpretación, entendió perfectamente lo que necesitaban. Acá van algunos puntos importantes de su genialidad incomprendida por la ética social y militar.
El primer punto es la autenticidad; es fiel a su estilo y personalidad, pese a pertenecer a un ámbito con ciertas reglas y pretensiones, él igualmente esta ahí para romper con todo ese ideal. Lo segundo es la integridad; busca hablar y develar lo que verdaderamente es una guerra, un lugar hostil donde la mayor parte de los conflictos son internos. Ademas, mira en lo profundo del ejercito de los Estados Unidos y la censura. Todo lo que se lee es previamente leído antes de ser publicado, pero con su voz no pudieron, desde hablar bien de los habitantes vietnamitas como burlarse de las autoridades del gobierno de EEUU.
Otro factor importante que utiliza “Adrian” es la importancia del humor. Con su voz busca desarmar los conflictos y preocupaciones de los soldados norteamericanos. Cree en la comicidad como una salvación mas que como una distracción. Como también la música que utiliza, de compositores y autores un tanto ajenos a los pensamientos miliares. Todo eso, tenia una evidencia latente de la disconformidad colectiva de los lideres del ejercito. Y el punto quizas detonante para que termine por ser despedido del ejercito y apagarle el micrófono, es el corazón y la empatia. Nunca vio a los vietnamitas como enemigos, sino que los vio como personas. Formo vinculos con algunos ellos y hasta intento ser puente entre ambos mundos.
Levinson nos mostró algo distinto a lo que estábamos acostumbrados ver en películas bélicas, tan es así que hasta la misma guerra parece estar en un tercer plano de todo lo que vemos; casi como una excusa para contar quien fue “Adrian Cronauer”, un genio incomprendido, uno que vio mas allá de las balas y los cascos. Un idealista de libertad y un defensor de la paz como única bandera.
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