En cuanto se trata de historias de grandes perdedores, no hay nadie mejor que las cuente que los hermanos Joel y Ethan Coen. Desde clásicos como Fargo, que terminaría siendo expandida en forma de una serie de televisión (para ser más exactos una serie de streaming), O Brother, Where Art Thou?, y hasta mi placer culposo, que es el remake de “The LadyKillers”. No sé cuál sería su secreto o truco mágico, pero los Coen llegan a hacer maravillas cuando se trata de hacer una historia con grandes perdedores como protagonistas, como es el ejemplo de este artículo de este mes, el perdedor que nunca deja de llevar su vaso de White Russian* en esta larga desventura, su nombre es Jeffrey Lebowski, no el millonario filántropo, sino al que se le refieren cómo The Dude, His Dudeness, Duder y El Duderino.

Nota: El White Russian es un cóctel preparado con vodka, licor de café, y nata líquida. (aunque también puedes usar leche o leche condensada)

Admito que no soy el misterioso “extraño” que narra la odisea de Jeffrey “The Dude” Lebowski, ya que no tengo la voz épica y el mostacho de Sam Elliot, pero también le haré un favor a este gran tipo y les contaré una pequeña sinopsis por si no han tenido el placer de pasearse por esta locura de película. Les prometo que los spoliers serán muy escasos y además de que es un poco difícil hacer uno para esta película.

Érase una vez en 1990 o 1991…
En la ciudad de Los Ángeles, el pobre Dude es atacado de sorpresa en su casa por un par de tarados que lo confundieron con el multimillonario Jeffrey “The Big” Lebowski (en serio, vaya par de matones tarados). Según ellos, el Dude le debía dinero a un mafioso Jackie Treehorn y les pareció una gran idea darle lecciones gratuitas de buceo en el inodoro, además una firma perfumada, su alfombra antes de “entrar en razón” y darse cuanta que se equivocaron de casa. (Jackie Treehorn realmente debió haberse arrepentido de haber contratado a este dúo de monigotes)

Después de hablar con sus amigos en el boliche, el mejor amigo de The Dude, el ex-marine Walter Sobchak le pide que vaya con el verdadero Jeffrey Lebowski para pedir una compensación por la alfombra que perfumó uno de los monigotes de Jackie Treehorn.

Lamentablemente, para su mala suerte, le negó la compensación, pero terminó conseguir otra alfombra gratis después de engañar al asistente de Jeffrey Lebowski, el tímido y torpe Brandt.

Lo que parecía ser el fin con su interacción con el millonario Jeffrey “The Big” Lebowski, el Dude no podía estar más equivocado, ya que la esposa trofeo Bunny Lebowski fue “secuestrada” y ahora el Dude con la ayuda de Walter, tiene la tarea de entregar el dinero como una recompensa para recuperar a Bunny sana y salva.

Una historia hacia ningún lado
Como se dijo en un principio, la historia de The Dude & Walter, además de ser una clásica historia de perdedores o “losers” que podría haber ido algún lado como el film Fargo, pero este no es el caso. Esta película tal parecería que va a alguna parte en un principio, pensaríamos que el Dude y Walter salvarían a Bunny Lebowski, lo cual los convertiría potencialmente en héroes, pero la historia es un conjunto de eventos que además de que se salen de su curso, terminan dejando de lado el supuesto “secuestro” de Bunny.

Literalmente se convierte en una loca aventura compuesta de varios eventos sobresalientes que evita que salga lo más profundo de nuestro inconsciente, como Walter, acabando con los “villanos” de la historia con una simple bola de boliche directo en las joyas.

La clásica escena de Walter interrogando a un niño llamado Larry y que termina con un Walter demente y fuera de control que termina destruyendo un auto deportivo. Ya saben cuál me refiero, en donde Walter dice los mejores diálogos del cine “You see what happens, Larry? Do you see what happens when you f$%k a stranger in the a$$?”

O incluso esa clásica escena del “Dude” viajando en una muy loca alucinación involucrando el boliche después de haber sido sedado por Jackie Treehorn con un “White Russian” bastante cargado de sedantes.

Un cuento de un fracaso y un éxito tardío
The Big Lebowski no solo es una historia en donde el Dude y compañía fracasando en su misión de rescate, pero que a la vez salió victorioso y con una alfombra robada como compensación, sino que también de una película cuyo estreno fue un fracaso en la taquilla y, sin embargo, terminó convirtiéndose en un éxito y todo un clásico de culto a lo largo de los años.
Con decir no solo inspiró a crear una convención llamada el Lebowski Fest, en donde todos se visten de los personajes de la película y una serie de tiras cómicas, sino que también a crear una religión llamada Dudeism.

Nos dio un spin-off no tan bueno titulado The Jesus Rolls, en el que narra las desventuras del rival principal de boliche de Jeffrey The Dude Lebowski, Walter y Donnie. Esta la puedes dejar pasar, que a pesar de haber sido dirigida por el mismísimo actor que interpreta a Jesús Quintana, John Turturro, la simpática magia de los Coen está ausente a lo largo de la aventura.

Lo más cercano a una pseudo-secuela fue un anuncio en donde el Dude regresó brevemente en un pequeño comercial del Super Bowl 53, promocionando la cerveza Stella Artois, que a pesar de no ser una mala cerveza, no me imagino al Dude reemplazando su bebida favorita White Russian tan fácilmente.
Pon un poco de Dudeism en tu vida…
Puede que el Dude no sea un sinónimo de ser un ganador para algunas culturas y realmente pueden existir personajes como él, pero eso no significa que no podemos llevar un poco de la filosofía del Dudeism con nosotros. Ya que, aparentemente, en el Dudeism, hay un par de aspectos que la verdad no suenan tan descabellados:
- No creer en mucho, solo en el boliche y en no lastimar a las personas. (Al menos que seas Walter, ahí si date el gusto de noquearlos con una bola de boliche y dales un mundo de dolor)

- Evitar la vanidad, el orgullo y la ira. (Al menos, que seas Walter y sucumbas a la ira para destrozar un auto)
- Perseverar, aunque no sea la única capacidad que se tenga.
- Tomar las cosas con calma. (De veras, tengo que aprender a aplicar esto más seguido.)
- No conformarse con la sociedad mainstream. (La cual creo que sería mi aspecto más adorado personalmente, lo mainstream llega a colmarte después de un par de años)
La vida puede llegar a ser un poco injusta que hasta te puede irritar un poco, sin embargo, jamás olviden estos primeros aspectos del Dudeism, y recuerden lo que nos dice El Narrador, The Dude abides o en su traducción al español El Dude se mantiene firme. No dejes que un mal día te derribe, bebe un White Russian y sigue adelante.

Si llegaste hasta acá y es la primera vez que me conoces, no dudes en darle like si te gustó, además de comentarme si sabías del Dudeism o incluso comparte tus memorias con The Big Lebowski. Espero ver que puedo pensar para el Día de los Enamorados o hasta para el día de los corazones rotos y bateados.
Referencias:
White Russian de : https://es.wikipedia.org/wiki/White_Russian_(c%C3%B3ctel)
Dudeism: https://dudeism.com/
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