Mi amigo, Mike Wazowski, ese pequeño monstruo verde con un solo ojo, siempre me ha parecido adorable. Pero más allá de su ternura, cada vez que lo veo en la película Monsters, Inc., una oleada de recuerdos me invade, trayéndome de vuelta a una etapa de mi vida que, aunque dolorosa, me moldeó hasta convertirme en la mujer que soy hoy. La ironía no escapa a mi mente: este personaje animado, tan diferente a mí en apariencia, logró resonar profundamente con mi propia historia.

La diferencia más evidente entre Mike y yo es física. Él es pequeño, compacto y, a su manera, encantador. En contraste, durante mis años de colegio, yo era el blanco fácil, la "fea del salón". Esa etiqueta, impuesta por la crueldad infantil, se convirtió en una sombra que me perseguía a diario. El bullying era una constante, un murmullo hiriente que socavaba mi autoestima.

Sin embargo, un momento crucial en la película, cuando Mike, a pesar de su tamaño y aparente desventaja, se cuela valientemente en la habitación de los sustos, encendió una chispa en mi memoria. Me recordó el día en que decidí que ya no podía seguir siendo la víctima silenciosa. Aunque yo era mujer y él un chico más alto y corpulento, reuní todo mi coraje y lo enfrenté. Les confieso que mis piernas temblaban y mi corazón latía con fuerza, pero mi voz, aunque insegura al principio, se mantuvo firme. Para mi sorpresa, funcionó. Su acoso disminuyó gradualmente hasta desaparecer por completo. El alivio de no tener que esquivar miradas burlonas o que me tiraran la comida durante el recreo fue inmenso, una bocanada de aire fresco en un ambiente que se había vuelto irrespirable.

La dedicación de Mike a sus estudios también evoca fuertes recuerdos en mí. Ante la exclusión y el maltrato, encontré refugio en los libros y el conocimiento. Me convertí en la nerd de la clase, esa chica que siempre tenía la respuesta correcta y que, ante la necesidad económica, terminó cobrando por hacer trabajos a sus compañeros. Si no podía ser la chica popular, al menos sería la más inteligente. Al igual que Mike, me sentaba en las primeras filas, absorbiendo cada palabra del profesor e intentando ignorar las risas y los comentarios maliciosos que provenían de atrás.

No obstante, mi historia diverge de la de Mike en algunos aspectos importantes. Afortunadamente, en mi camino conocí a otra chica que también se sentía diferente, una compañera de "alienación" con la que compartí confidencias y tristezas. Luego se unieron otros chicos que tampoco encajaban en los moldes preestablecidos. Ella no era mi Sullivan; nuestra dinámica era diferente, pero igual de valiosa. Al igual que Mike tuvo que unirse a esa fraternidad de inadaptados para perseguir sus sueños, yo encontré mi propio grupo de "nerdos".

Fue entonces cuando surgió mi "prueba de sustos" particular. Mi sueño, paralelo al anhelo de Mike por ingresar a Monster University, era entrar a la academia militar de mi país. Esto implicaba no solo tener un buen rendimiento académico, sino también demostrar fortaleza física. Así que, sin proponérmelo inicialmente, me convertí en la líder de mi grupo de amigos. Los entrenaba, los motivaba y juntos nos preparábamos para los desafíos que enfrentábamos.

Recuerdo una conversación en particular, similar a esas arengas inspiradoras que Mike les daba a sus compañeros. Les dije que la verdadera grandeza no reside en encajar en un molde prefabricado, sino en reconocer y potenciar aquello que nos hace únicos. Cada una de nuestras "rarezas", esas características que nos habían convertido en blanco de burlas, podía transformarse en nuestra mayor fortaleza si aprendíamos a usarlas a nuestro favor.

Fue durante ese proceso de entrenamiento y liderazgo que algo cambió dentro de mí. Descubrí una pasión por ayudar a los demás, por inspirarlos a superar sus propios límites. Me di cuenta de que tal vez mi destino no era necesariamente vestir el uniforme militar, sino tener un impacto en la vida de las personas en momentos cruciales. Mi camino, como el de Mike, tomó un giro inesperado, pero me llevó a un descubrimiento aún más significativo: mi propia capacidad para transformar la adversidad en fortaleza y para guiar a otros a hacer lo mismo.
![RESEÑA DE PELÍCULA] Monsters University | Zaybet](https://img.peliplat.com/api/resize/v1?imagePath=peliplat/article/20250603/2660e2959c0c6dfe61ec4df5b2ec2de3.gif&source=s3-peliplat)
Así que sí, mi amigo Mike Wazowski es mucho más que un personaje adorable. Su historia, con sus luchas y triunfos, se entrelazó con la mía de una manera profunda, recordándome que incluso aquellos que se sienten como "monstruos" pueden encontrar su lugar en el mundo y, lo más importante, inspirar a otros en el camino. Mi experiencia, marcada por el bullying y la búsqueda de aceptación, finalmente me condujo a abrazar mi individualidad y a descubrir el poder de mi propia voz. Y si mi historia, de alguna manera, puede resonar contigo o con alguien más, entonces todo habrá valido la pena.

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