El auto frente al hombre explota en llamas. El hombre vierte un balde de agua fría sobre la mujer. El marcado contraste entre el agua y el fuego se puede interpretar como una proyección de Luis Buñuel y la búsqueda de sus deseos. Cuando la creación y la existencia se colocan en el mismo plano, la libertad y la muerte adquieren una nueva capa de significado. La creación, el hacer el amor, la libertad y la muerte: en esencia, todos son deseos. Existen por fuera de la realidad, como ilusiones que no se pueden ver u obtener. Como están más allá de nuestro alcance, forman un grupo, como la atemporalidad del cine.
Se dice que las películas de Luis Buñuel son atemporales debido a sus técnicas de montaje. Si hacemos un recorrido por su vida y trabajos, vamos a encontrar que sus películas no carecen de tiempo; el tiempo se convierte en un círculo. La última escena de su película final, Ese oscuro objeto del deseo (1977), muestra a un hombre y una mujer parados fuera de la vidriera de un negocio, viendo a un sastre zurciendo un paño manchado de sangre. La toma siguiente muestra que la mujer se va enojada y el hombre la persigue, lo que culmina en una explosión. La primera escena de su ópera prima Un perro andaluz muestra a un hombre contemplando el cielo, observando a las nubes que oscurecían la luna. La toma siguiente reemplaza las nubes con una navaja y la luna con el ojo de una mujer, seguido de un primer plano en el que cortan el ojo.

Originalmente metafóricas, la tela y la explosión, la luna y el ojo, se corresponden de nuevo en la acción. La bola de fuego encendida, el agua que salpica, el zurcido y la rotura hacen que la no linealidad de Buñuel sea una imagen que se puede reensamblar y visualizar. Por lo tanto, la narrativa que parece ser desordenada refleja el deseo por la vida.
El deseo por vivir se manifiesta como una búsqueda de libertad para algunos y de poder para otros una vez que la supervivencia básica está asegurada. En Ese oscuro objeto del deseo, Buñuel une directamente el deseo sexual con el poder, demostrando cómo la sexualidad puede yuxtaponer la libertad y el poder en la conducta humana. El hombre en el tren soborna al asistente, toma un balde con agua fría y se la echa a la mujer que lo persigue. Ese balde de agua simboliza el control, una incapacidad para amar, pero también una clara distinción de clase. Previamente, él distingue las clases al comprar diferentes boletos de tren para él y para su sirviente: una cama mullida para él y una dura para el sirviente.
Así quedan al descubierto las diferencias de clase. Entre los pasajeros vecinos hay un psicólogo adinerado y un juez. Sentados cómodamente, responden con calma al relato del hombre sobre la mujer, sugiriendo que hay una razón detrás del incidente del baldazo de agua. El único que está realmente preocupado es el niño incorrupto que tiene frente a él. La mujer simboliza el poder del hombre, que proyecta su clase, lo cual se relaciona con los atentados terroristas esporádicos a lo largo de la película. El deseo desdibujado y el terrorismo son paralelos, revelando el deseo como la esencia del terror.
Pero el verdadero terror, como el rayo, es esquivo. Buñuel personifica a la mujer como una diosa del deseo, y eligió a dos actrices, Carole Bouquet y Angela Molina para que interpreten su lado puro y seductor, respectivamente. Esta idea, concebida con el productor entre martinis después de que Maria Schneider rechazara el papel, termina interpretando completamente los temas de deseo y poder de la película.
En primer lugar, bajo la mirada del hombre, la mujer se convierte en un objeto impregnado de fantasías perversas. En segundo lugar, pasa a depender de él mediante los regalos materiales, por lo que carece de autonomía. Su naturaleza polifacética (su carácter y apariencia) representa a la mujer colectiva, que se convierte en algo secundario a los ojos del hombre, proyectando el deseo y ejerciendo el poder.
Durante el cortejo, aparece una presencia animal recurrente de Buñuel ── un ratón atrapado en una trampa, un lechón en brazos de una mujer y una mosca en un cáliz. Los atentados terroristas intercalados antes y después de las reuniones subrayan la crítica al poder, que se extiende desde los animales y las mujeres hasta los terroristas. Sin embargo, éstos parecen inexistentes para el hombre, lo que sugiere que el montaje oscurece su realidad, convirtiéndolo en el verdadero terrorista.
El hombre siempre lleva una bolsa grande, que no concuerda con su vestimenta formal. Cuando se excita, el bolso aparece. Varios cambios en el deseo muestran las maquinaciones del hombre para poseer a la mujer y su pesado equipaje representa la clase social que prevalece sobre su ser genuino. La película termina con una explosión, un símbolo de la lucha fallida de clases reflejada en la luna rota, que alude a la sombra del deseo.
Como precursora de Ese oscuro objeto del deseo, El fantasma de la libertad (1974) adopta el surrealismo característico de Buñuel. Aunque complementa a la perfección El discreto encanto de la burguesía (1972), verla como una culminación del viaje creativo de Buñuel, con Ese oscuro objeto del deseo como núcleo, ofrece otra perspectiva.
El fantasma de la libertad une historias aparentemente inconexas, formando una narración circular y onírica que conecta los sueños y la vida de Buñuel. La profanación de las iglesias, las estatuas que cobran vida, los baños públicos, las cenas en cubículos, un niño que se da por desaparecido, un célebre criminal, dos jefes de policía... estos espectáculos parecen un circo, con las campanas de la iglesia y los disparos que celebran un espectáculo alucinante.
Buñuel prolonga la sombra que se oculta tras la libertad, esencialmente el poder. En Sobre la libertad, de John Stuart Mill, se discuten los límites que puede imponer la sociedad a los individuos y su despliegue moral dentro de la sociedad. "Libertad" se refiere a la libertad política, originalmente una exención de la autoridad, donde las clases más bajas luchan o comercian por una libertad parcial (exención).
Las normas sociales, como los fantasmas, están establecidas por una pequeña élite, que controla sutilmente a la mayoría. Buñuel se dio cuenta de que la libertad y el poder no son más que una masa única e indistinta. En uno de sus raros sueños memorables, descubrió que el destino y el azar controlan esencialmente el libre pensamiento y el libre albedrío. Por lo tanto, la búsqueda de la libertad o del poder es, en definitiva, una ilusión.
Después de que su amigo poeta Federico García Lorca fuera perseguido políticamente y asesinado en 1936, Pablo Neruda escribió en señal de duelo: "Arrancaré y tragaré la poesía que escribí para ti". Salvador Dalí creó "Aparición de rostro y plato de fruta en una playa" para su amante secreta. Buñuel, por su parte, permaneció en silencio durante años y se fue de España a México.
Más allá de la coraza surrealista experimental de Buñuel se esconde una distorsión lúdica de las normas y una denuncia satírica de la realidad. Al deconstruir la rigidez social, reitera la importancia de la bondad individual. Tras descartar las leyes, Buñuel se sitúa en la encrucijada de la vida al explorar durante toda su vida la esencia del deseo, afirmando que la existencia real proviene de una acción moral reflexiva. Sólo así, la escritura, la pintura y el cine no serán inútiles en medio del trágico ciclo de la humanidad.
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