No hay una buena traducción al español para la palabra jumpscare, pero todos sabemos lo que es. En medio de una escena silenciosa: una imagen repentina acompañada de un ruido fuerte, con el objetivo de causar un sobresalto al espectador. Este recurso es usado (en muchos casos sobreexplotado) en el cine, por lo general, de terror. Ya estamos familiarizados con esta herramienta pero, ¿de dónde surgió?
Como la mayoría de los recursos no tiene un único origen, sino que fue construyéndose con distintos aportes a través de la historia. El primer antecedente del que se tenga registro está en El Fantasma de la Ópera (1925), cuando Christine le saca la máscara al Fantasma, revelando a la cámara el increíble maquillaje que Lon Chaney había creado para sí mismo. Estamos hablando de una película silente, o sea que no había más sonido que el que la orquesta que acompañaba proveía. A pesar de la ausencia de un ruido fuerte, hubo reportes de gritos e incluso desmayos en la audiencia con esta escena.
Ese sonido que le faltaba a El Fantasma de la Ópera llegó 16 años más tarde, pero no en una película de terror, sino en El Ciudadano (1941). En un momento bastante silencioso, para transicionar a otra escena aparece una cacatúa superpuesta sobre la imagen, el ave emite un chillido muy fuerte. Orson Welles bromeó diciendo que el objetivo era "despertar a la audiencia". En una conversación con Peter Bogdanovich dio una respuesta algo más completa: "Es un elemento de shock teatral. Si quieres algo más elevado, está ubicado en un cierto momento musical donde necesitaba algo corto y exclamatorio. Tiene un propósito, pero ningún significado".
El jumpscare, como lo conocemos hoy, llegó a una película de terror con el estreno de Cat people (1942), cuando la protagonista camina por una calle de noche con el presentimiento de que la están siguiendo. De pronto un autobús se mete en cuadro con un fuerte sonido de frenos. Fue el primer jumpscare falso: aquel que aparenta ser algo peligroso para el personaje pero en realidad es inofensivo. Para los estándares de hoy es muy suave pero hay que ponerse en el lugar de un espectador de los años 40.
El género del terror siguió desarrollando este recurso en los años siguientes hasta llegar a moldearlo como lo conocemos hoy. Primero en Carrie (1976) y después en Viernes 13 (1980) se implementó el jumpscare sobre el final para terminar la película con un susto. En la década de los 80 con el apogeo de los slasher, los jumspcares se popularizaron y se volvieron un estándar del género, con resultados variados. Hoy en día esta técnica traspasó al medio en el que fue creada, expandiéndose del cine a los videojuegos.
Share your thoughts!
Be the first to start the conversation.