Triangle of Sadness es una película de origen sueco dirigida por Ruben Östlund.
Se trata de una sátira estrenada en el año 2022 y se consagró en el Festival de Cine de Cannes como la ganadora de la Palma de Oro siendo una de las mejores entregas del año. Los encargados de representar a los protagonistas son Harris Dickinson y Charlbi Dean, quienes son uno de los puntos altos del largometraje.
Nos cuenta la historia de una pareja de modelos e influencers en casi 150 minutos, Carl y Yaya, quienes serán invitados a un yate en un crucero de lujo. El capitán del mismo se niega a salir de su cabina, a pesar de la llegada inminente de la célebre cena de gala, mientras que la tripulación brinda todas las atenciones necesarias a los ricos invitados. Luego una tormenta pone en peligro el confort de los pasajeros y el equilibrio del poder se va invertir.
La cinta se divide en 3 partes, cada una retrata momentos delirantes y divertidos pero con un trasfondo triste y reflexivo sobre la actualidad. La mirada más poderosa del astuto director Östlund se encuentra en la mirada crítica del frenesí capitalista, la lucha de clases del mundo, la vida detrás de las redes y un curioso poder de la mujer.
La primera parte es atrapante y lograda, envuelve al espectador en la historia y desarrolla un interés por la pareja protagonista, la mediatización de su relación y sus conflictos. La filmación abre una mirada de fragilidad masculina e igualdad de género que se pierde a lo largo del relato y casi no se aborda.
Al encontrarse en el crucero se muestra la mirada más importante de la obra, el choque de clases y posturas. Hay una aparición de nuevos personajes, con destacadas actuaciones de perfiles millonarios estereotipados, se encuentran con los trabajadores y las distintas jerarquías de la sociedad.
La cinta está filmada con mayoría de planos fijos pero aquí hay un cambio muy destacable en el transcurso de una agitada cena llena de movimiento y una búsqueda en trasplantar el sentimiento del mareo de los personajes al espectador.
Comienza la tercera parte, muy prometedora y curiosa en lo personal, pero aquí es donde se pierde un poco el relato y los personajes, las ideas propuestas no logran cerrarse, se desvanecen. Tiene destellos deslumbrantes pero termina ganando el entretener al espectador con un chiste que seguir con una reflexión.
En mi opinión, está lejos de ser un mal resultado, al empezar y la segunda parte se me hacía excelente, refleja la triste realidad capitalista y discute con ella a través de la comedia, el delirio y gags divertidos, que, lamentablemente, con el tiempo se vuelven repetitivos.
Dicho esto, al proseguir el relato se puede observar el repudio del director hacia estas personas de clase alta: los hace una caricatura, odia a sus personajes y no puede lograr un desarrollo en ellos. Esta incapacidad de salir de sus ideas también afecta a la narración y comienza a perder su fuerza tan bien lograda.
En resumen es una buena película, tiene sólidos aspectos para analizar, grandes actuaciones y situaciones muy divertidas. Si bien tropieza un poco, aborda muchas problemáticas contemporáneas con mucha sabiduría y diversión, desde lo personal es una de mis favoritas de este 2022.
El filme logra traer varias injusticias del mundo: está llena de aciertos y descubrimientos pero como mencioné anteriormente, el desenlace se centra más en mantener el público que darle el lugar al pensamiento sobre las temáticas expuestas.
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