En el año 2020, Bong Joon Ho hizo historia en el cine occidental con la victoria de Parasite como “Mejor Película” en la ceremonia de los Oscares de ese mismo año; desde ese momento el cine oriental, más específicamente el coreano, ha cobrado gran fuerza y renombre en este lado del mundo. Bajo esta premisa, me gustaría hablar de la magistral Old Boy.
La película comienza con un hombre aparentemente común que es secuestrado y encerrado en una habitación de hotel, no es hasta 15 años después que es liberado en el techo de un edificio con solo unos días para averiguar la razón y el responsable de arrebatarle su libertad.
La cinta nos lleva por una montaña rusa de emociones, cada vez más intensa. La narrativa visual es sombría, te envuelve en el ambiente de desesperanza que vive el protagonista pero, la genialidad de la película va mucho más allá de la alucinante actuación de Choi Min Sik, o la dirección impecable de Park Chan Wook, todo yace en la sencillez.
El conflicto principal de la trama, la venganza, es manejado con una simpleza que lo hace simplemente genial. Puede que la revelación del plan del antagonista parezca complicado y económicamente demandante, sin embargo, la realidad es que no estamos develando una enorme conspiración que involucre a las altas esferas de Corea o al gobierno, como nos han acostumbrado en el cine de acción occidental.
***En este punto comienzan los spoilers***
Aunque el momento más shockeante y el plot twist mejor conservado es la revelación de Mi-Do como la hija de Dae-Su, me parece que la verdadera sorpresa nos llega al descubrir el porqué del encierro de Dae-Su.
La línea que lo resume todo cuando Jin Lee le dice a nuestro protagonista que no necesita excusar su comportamiento, que la razón por la que no recordaba haber revelado la relación incestuosa de Lee con su hermana, es simplemente que para Dae-Su fue cualquier cosa, algo sin importancia. Esto hace que Dae-Su cortándose la lengua adquiera un nuevo significado, más allá de la desesperación por mantener el secreto de Mi-Do, simboliza, a mi interpretación, un intento de “cortar de raíz” el problema, pero sin que sea suficiente, por que en realidad nada nunca lo será.
Me parece impresionante el concepto de venganza que el director nos presenta, el rencor que se acumula durante años al grado de ser tu única motivación para vivir. Al final Jin Lee obtiene lo que deseaba: la “resbaladiza lengua” del soplón que arruinó su vida y hacerle sentir de primera mano el amor incestuoso, sin embargo, el momento en que uno pensaría que disfrutaría de su victoria, él decide simplemente morir.
Tal vez, como primera impresión el plot twist de “Old Boy” recaiga en la relación de Dae-Su con Mi-Do, pero creo que va mucho más allá. Pienso que la venganza como concepto está manejada como una duda, más que una moraleja simplona sobre “la maldad y el perdón”.
No es que te inste a tomar venganza, te invita a reflexionar sobre la misma. Ese es el verdadero giro en la trama, la razón de su atemporalidad, la pregunta que el protagonista se hace al final: “Aunque sea peor que una bestia, ¿no tengo derecho a vivir?”
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