Mucho revuelo virtual ha habido sobre LISA FRANKENSTEIN (2024), película que no tuvo un estreno en los cines de todos los países del mundo pero sí ha logrado que se vea mundialmente gracias a la difusión que consiguió por sitios piratas. Dirigida por Zelda Williams y protagonizada por Kathryn Newton y Cole Sprouse, el filme plantea una mirada distinta sobre el monstruo clásico Frankenstein, convirtiéndolo en un sex symbol para la protagonista y un personaje sorprendentemente gracioso.
POR LISARDO QUEVEDO
En 1989, una chica de instituto poco popular llamada Lisa reanima accidentalmente a un apuesto cadáver victoriano durante una tormenta eléctrica y empieza a reconstruirlo para convertirlo en el hombre de sus sueños utilizando la cama de bronceado rota de su garaje.

Lisa (Kathryn Newton) es una adolescente introvertida que pasa sus días visitando una lápida en el cementerio del pueblo. Disfruta el silencio y la soledad de este lugar y se obsesiona con una de las tumbas particularmente. Su media hermana Taffy (Liza Soberano) alimenta la vida social de Lisa, llevándola a lugares y fiestas para que se relacione con los demás estudiantes del instituto. Pero Lisa no encuentra la misma satisfacción que siente en el cementerio y una noche de tormenta eléctrica despierta de la muerte a aquel hombre por el cual está obsesionada. La Criatura (Cole Sprouse) va en busca de Lisa y sorprendentemente ella le abre las puertas de su casa. Todo va bien hasta que comienzan a producirse muertes en manos de aquellos amantes adolescentes. Lo que empieza como un juego termina convirtiéndose en realidad poniendo el foco en Lisa, quien tiene que responder muchos preguntas por parte de su familia y la autoridades de la escuela.
LISA FRANKENSTEIN es una comedia de pies a cabeza. La película nos sumerge en un tono de cine adolescente de los ochenta al mejor estilo John Hughes y lo respalda con la ambientación en esa misma década. Si bien, particularmente, no funcionó en mí ese tipo de humor que el filme maneja siento que está orientado a un público más adolescente donde los chistes y bromas sí podrían causar cierta comicidad y empatía. Una buena decisión es que la Criatura no hable y con solo hacer gestos comprendamos sus intenciones y la gracia que este ser posee. Las situaciones que presenta son irreales y justamente eso es lo que logra que el espectador se distancie de los personajes y pueda tomar aquellas acciones como parte del chiste mismo del filme. Siento que Zelda Williams tiene buenas intenciones con respecto a la comedia y comprende cómo llevar adelante este género, sin embargo en mí no funcionó.
Ciertas situaciones que se producen en LISA FRANKENSTEIN me parecieron inverosímiles. Partiendo de la base que el encuentro entre Lisa y la Criatura no tiene sentido que se produzca de la manera que sucede porque la adolescente presencia la muerte de su madre cuando un intruso ingresa a su casa y asesina a hachazos a su mamá; y justamente la Criatura se presenta en la casa de Lisa de la misma manera y luego de una pequeña desesperación por parte de la joven, ella lo refugia en su ropero sin hacerse muchas preguntas. A partir de eso, comienzan a forjar una relación que no tiene mucho sentido, que un poco se sostiene por la obsesión que ella tiene inicialmente con la lápida de aquel hombre y su poca conexión con los jóvenes del instituto, pero sacando esto no le encuentro mucho sentido y justificación. El amor que se huele desde un principio entre ellos, tarda en llegar y no es más que en el final de la película que se produce aquel encuentro.
Uno de los aciertos de LISA FRANKENSTEIN es la secuencia de títulos inicial donde nos narra la historia que vivió en sus tiempos aquella Criatura que se presenta en el año 1989 ante las puertas de la casa de Lisa. A través de animaciones al mejor estilo CATCH ME IF YOU CAN (2002) del director Steven Spielberg, nos muestra todo lo que le sucede en su vida a aquel pianista. Su soledad y pérdida de sus padres, su primer encuentro con el amor de su vida, el triangulo amoroso que se produce con otro de los músicos y su final solitario sin nadie a su lado. Es un buen inicio para comprender que aquel hombre se encuentra en una situación parecida a la de Lisa en el presente. Por los conocimientos que posee el espectador, aquella unión entre monstruo y adolescente parece perfecta y lo único que los separa es la diferencia temporal que la magia de una tormenta eléctrica logra que aquella distancia pueda ser acortada.

Las actuaciones están correctas. Por su parte, Kathryn Newton que ya había protagonizado una de las mejores comedias de terror de los últimos tiempos [FREAKY (2020) dirigida por Christopher Landon], realizada un trabajo satisfactorio siendo el centro de la narración y, por así decirlo, el corazón de la película. Todas las situaciones que se producen en el filme la tienen presente y nada de lo que suceda no está intermediado por ella. Su carisma se nota en la pantalla y su caracterización de una chica adolescente de los ochenta se siente bien y en concordancia con las películas realizadas en aquella época. Cole Sprouse tiene una tarea difícil a realizar interpretando a una persona que regresa del mundo de los muertos que no presenta diálogos y la comunicación se produce únicamente por gestos y reacciones físicas que dan a entender al espectador qué es lo que está pasando por la cabeza de aquella Criatura. Lo logra de manera aceptable más allá de no haber tenido grandes papeles en los últimos años, posiblemente porque los trabajos que se le presentan tienen una competencia directa que no es más que su hermano gemelo Dylan Sprouse. El reparto se completa con Carla Gugino, en el papel de madrastra malvada; Liza Soberano, la media hermana compresiva y alentadora; y Joe Chrest, el padre manipulado por su nueva esposa. Además de algunos adolescentes que realizan muy bien su trabajo de típicos jóvenes de secundaria.
Es la película debut de la directora Zelda Williams quien había realizado un cortometraje y un medio metraje años anteriores y varios trabajos como actriz. Dentro de su filmografía se encuentran SHRIMP (2018) que explora la vida cotidiana extraña, entrelazada y a menudo hilarante de las mujeres y hombres que trabajan y juegan en una guarida de BDSM de Los Ángeles; y KAPPA KAPPA DIE (2020) que narra la historia de la hermana mayor de Shauna que muere atropellando a Kappa Kappa Phi y se une a la misma hermandad para descubrir qué sucedió realmente. Lo que descubre son secretos siniestros y un espíritu maligno que busca galones y galones de sangre. Cómo verán a Zelda Williams le interesan las historias oscuras y que se encuentran dentro de los márgenes de la sociedad.

En LISA FRANKENSTEIN (2024), la protagonista reconstruye el cuerpo del monstruo y lo “cocina” en una cama solar en el fondo de su casa, una vuelta divertida del clásico personaje que ha causado terror en los espectadores desde tiempos inmemorables en la historia de la literatura y el cine. Aquella cama solar será primordial para el desarrollo del desenlace del filme que dejará a muchos sorprendidos y a otros con decepción.
Filmografía: