En 2007 se estrenó "The Mist", una película dirigida por Frank Darabont basada en la novela que Stephen King publicó en 1980. Si bien ya había digerido a presión algunos finales inesperados en "El club de la pelea" (1999) o "Sexto sentido" (1999), esta película me refregaba en la cara, "como lengüetazo de perro que busca ser adoptado", el final más deprimente, rencoroso, pesimista y malicioso que había presenciado hasta ese momento. Luego descubriría "Solo contra todos" (Gaspar Noé) o "The Serbian Film" (Srđan Spasojević), pero esa es otra historia. La esperanza y la desesperanza encarnan en "The Mist" un sobrenatural duelo en esta película con un malicioso final inesperado.

Luego de una fuerte tormenta, Thomas Jane, casi el mejor Punisher de la historia, queda encerrado en un mini mercado junto a su esposa, su hijo y un peculiar grupo de sobrevivientes. Rodeados por una extraña niebla que cubre la ciudad, se preguntan: ¿Qué se oculta detrás de este fenómeno climático? Sanguinarias alimañas gigantes y seres lovecraftianos. Encerrados y con la única certeza de morir al entrar en la niebla, el grupo pasa por una serie de hechos fortuitos y malas decisiones que los une, los enfrenta y los distancia.

Destaco el momento en que aparece “Carol de The Walking Dead” (Melissa McBride) , una madre luchona que pide a gritos ayuda, colaboración para ir a buscar a sus hijos, quienes quedaron al otro lado de la niebla. Finalmente como si fuera un Nokia 1100 sin batería abandonado en un cajón, nadie la mira ni la escucha. La madre enfurecida, con la esperanza de encontrar a sus hijos, sale del mini mercado y se enfrenta a lo desconocido.

Los sobrevivientes comienzan a interactuar como una micro sociedad, delegando tareas y con las figuras más fuertes asumiendo roles de liderazgo. Es en este contexto donde aparece el personaje más odioso: Mrs. Carmody. Una fanática religiosa que a medida que escalan los fenómenos sobrenaturales y los ataques de los seres de la niebla, pasa de ser observada como la "loca de los gatos" de Los Simpson a convertirse en una mesías que no solo divide a los sobrevivientes, sino que, junto a una mayoría, asume el poder y comienza a ofrecer sacrificios humanos con la intención de ser salvados por un poder divino.

Thomas Jane, casi el mejor Punisher de la historia, decide tomar a su familia y escapar con un pequeño grupo de sobrevivientes. Mrs. Carmody trata de impedirlo; su papel como mesías y elegida resulta ser efímero, ya que termina con un balazo en la frente.

Nuestro protagonista, acompañado de su esposa, su hijo y dos sobrevivientes, atraviesa la niebla a bordo de una camioneta, iniciando una larga, desolada y angustiosa travesía. La figura de una bestia gigante y el temblor que producen sus pisadas los deja perplejos. El motor de la camioneta se detiene y las luces se apagan, agotando no solo el combustible, sino también la esperanza de escapar con vida.

David (Thomas Jane) observa a su esposa y a los dos sobrevivientes. La desesperanza y la desazón por una muerte inminente se reflejan claramente en sus miradas. No querer ser víctimas de las bestias y la aprobación tácita de un pacto suicida son evidentes. Hay un pequeño detalle: David solo tiene un revólver con cuatro balas. Con la certeza que en la niebla encontrará la muerte, recarga el revólver. La mirada perdida de los dos sobrevivientes, los ojos llorosos de su esposa y una expresión temerosa en su hijo son lo último que observa antes de apretar el gatillo. Cuatro disparos suenan seguidos de los gritos desgarradores de David.

Y es aquí donde lo malicioso y traumático del final se hace presente. David, en un auto lleno de sangre junto al cadáver de su esposa e hijo, grita angustiado y desesperado, con la única esperanza que al salir de la camioneta, una de esas bestias acabe con el dolor que lo destruye interiormente. David sale del vehículo y desde las ventanillas ensangrentadas, se lo puede ver atrayendo a gritos a las bestias. Pero no aparecen. La espesa niebla, que ha estado presente durante toda la película, comienza a disiparse, y se logran divisar tanques, camiones del ejército y soldados. David, con la mirada desolada, los observa pasar.

En un principio, destaqué el momento en que Carol de "The Walking Dead" aparece, yendo sola a rescatar a sus hijos. Es aquí donde reaparece en un camión con sobrevivientes junto a sus dos hijos, mirando a David como Messi miró a Van Gaal en el Mundial 2022. Seguido de esto, de forma explícita, David se da cuenta que estas sangrientas bestias o demonios son fáciles de aniquilar.

La esperanza, fe y la fuerza representadas en esa mujer que busca rescatar a sus hijos vencen la desesperanza, el temor de David y de esa mayoría que le negó su ayuda. El verdadero desafío no es el miedo en sí, sino cómo permitimos que este debilite nuestra esperanza y fe, influyendo en nuestras acciones y decisiones. Los gritos y el llanto de David se acrecientan, remarcando que sacrificó a su familia en vano, a minutos de ser salvado.

Para terminar, les cuento que el final de la película "The Mist" difiere mucho del creado por Stephen King para su novela. Lejos de mostrarse enojado como en la mayoría de sus adaptaciones, en una entrevista comentó de forma positiva sobre el cierre de The Mist: "La vida no siempre te da un final feliz."
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