Quiero dejar en claro que este artículo aborda la película desde la perspectiva del terror y la emoción. Creo que, en general, tiene fallas importantes. Más allá de los sobresaltos dramáticos, la película no logró conmocionarme. Hasta me pareció aburrida. Sin embargo, estoy completamente de acuerdo con quienes aprecian su valor artístico y la consideran una buena película por ese motivo.
Creo que Un lugar en silencio: día uno tiene tres defectos principales: los monstruos, Samira, la protagonista, y Eric, el pesonaje principal masculino.
Empecemos por los monstruos. Estas criaturas no ven bien, pero tienen un oído excepcional. En las dos primeras películas, esta característica creó una fuerte sensación de emoción, que encajó perfectamente con la naturaleza audiovisual del cine. Las películas se experimentan principalmente a través del sonido y los efectos visuales; no podemos percibir directamente en ellas sensaciones como la temperatura o el dolor. Entonces, en las dos primeras entregas, el director John Krasinski utilizó señales visuales para resaltar el aspecto terrorífico de los monstruos, y eso hizo que la audiencia quisiera mantenerse alejada de ellos. Al mismo tiempo, en cuanto al sonido, enfatizó la necesidad del silencio para evitarlos. El crujido de las hojas, el estruendo de los cristales rotos o el sonido de un golpe contra una mesa se amplificaban. Un solo paso en falso produciría estos ruidos, y los monstruos se abalanzarían sobre la gente para despedazarla, lo que resultaba completamente aterrador.
Sin embargo, en esta entrega, se incrementó la puesta en escena con un aumento significativo en el número de personas y de monstruos. Visualmente, las apariciones frecuentes de estas criaturas hicieron que me sienta más familiarizado con ellas, y, por lo tanto, me asustaron mucho menos. En cuanto al sonido, la cantidad de gente hizo que fuera imposible mantener el silencio. Lo emocionante a menudo ocurre cuando la esperanza y la desesperación coexisten, pero ante la imposibilidad del silencio, solo queda la desesperación.
Peor aún, el comportamiento de los monstruos parece descaradamente artificial. Algunos personajes, según los estándares narrativos tradicionales, están destinados a morir. Entonces, cuando actúan solos, parece que el oído de los monstruos se vuelve hipersensible, y por supuesto, estos personajes secundarios cometen errores y, finalmente, mueren. Sin embargo, cuando se trata de los protagonistas o de niños inocentes, estos pueden hablar o incluso gritar sin consecuencias. El ejemplo más absurdo es cuando Samira y Eric gritan bajo la lluvia. Si bien se siente liberador, dudo que la lluvia ahogue sus voces.
La escena antes mencionada también expone las fallas en el diseño del personaje de Samira. Puedo entender un poco por qué se arriesga a gritar, pero no del todo. Del mismo modo, puedo entender por qué arriesga su vida por una pizza, en parte. De entrada, uno se da cuenta de que tiene una enfermedad terminal y que por eso no quiere reprimir sus ganas antes de morir. Sin embargo, no puedo empatizar completamente con ella, solo entenderla como observador. El problema, creo, es que la película no describe su sufrimiento lo suficiente. Casi siempre escapa de los peligros como una persona normal, e incluso las súpera en ocasiones. No veo su vulnerabilidad salvo por su figura frágil y, en cambio, la percibo como una mujer fuerte. Es por eso que no puedo sentir su dolor, e incluso encuentro sus quejas algo molestas. La única excepción es cuando ella colapsa en la iglesia debido a la falta de medicamentos, lo que desencadena que Eric emprenda la búsqueda de los remedios, pero esto tampoco es suficiente para transmitir su dolor.
Y hablando de la búsqueda de Eric, su personaje también me confunde. El día anterior a este momento, tuvo un ataque de pánico en la alcantarilla, pero de repente, adquiere la valentía suficiente para buscar medicamentos durante el episodio de Samira. Si bien es lógico que esté pagando una deuda moral, todavía me resulta difícil creer que alguien que el día anterior estaba terriblemente aterrorizado pueda recuperar el valor tan rápidamente. Desde esta perspectiva, Eric, al igual que los monstruos, parece estar manipulado por el guion artificial. Cuando los escritores quieren mostrar la valentía de Samira, él parece cobarde y débil; cuando necesitan resaltar su sufrimiento, él se vuelve muy valiente. Su coraje depende del desarrollo de la trama.
Al comparar esta historia con las dos primeras películas, debo decir que Eric está muy por debajo de Lee, el protagonista de la primera. El padre es un personaje completo con un arco de desarrollo claro. Al principio, es muy cauteloso, vive una vida cuidadosa y no deja que sus hijos exploren el mundo exterior. Pero cuando los niños están en peligro, él actúa con valentía para luchar contra los monstruos. Del mismo modo, Samira se diferencia mucho de Regan, la chica obstinada de la segunda película. Al principio, Regan, una muchacha sorda, parece vulnerable, pero evoluciona hasta convertirse en la protectora de su familia. En las dos primeras películas, el director diseñó cuidadosamente los personajes, haciendo que cada cambio fuera inmersivo. En esta película, sin embargo, las emociones de los personajes parecen inescrutables.
Estas tres fallas hicieron que no pudiera involucrarme plenamente en la historia, convirtiéndome en un mero espectador de las escenas grandiosas. Pero, para ser honesto, si sólo estamos disfrutando de escenas espectaculares en una narrativa tan imperfecta, ¿en qué se diferencia de una película de Marvel?
¡Nos volveremos a ver para seguir debatiendo sobre películas!
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