Mientras empezaba a escribir este artículo, no dejaba de pensar en el título. Varias veces jugué con añadir la línea “una película que todo el mundo debería ver” pero lo descarté en el último segundo porque no todos disfrutamos el mismo tipo de cine, y eso está bien. Sin embargo, no dejó de considerar Romper el Círculo (It Ends With Us, 2024. dir. Justin Baldoni) una película indispensable para todos los espectadores. Se trata de una historia que retrata una relación violenta y abusiva, y lo hace de forma autoconsciente, buscando reflejar en el personaje principal una historia que, lamentablemente, es más común de lo que creemos. Pero ¿consigue su propósito? Yo digo sí, y a continuación te cuento por qué.
¿De qué trata Romper el Círculo (It Ends With Us)?
It Ends With Us es una adaptación de la novela homónima de 2016 de Colleen Hoover. Se trata acerca de la historia de Lily Bloom (Blake Lively), una mujer que conoce a Ryle (Justin Baldoni), con quien más adelante empieza una relación romántica. Todo parece idílico hasta que las cosas se salen de control cuando Lily se encuentra con un viejo amor.
El libro ha sido una sensación en las plataformas de contenido literario (Booktok y Bookstagram) por casi cuatro años, siendo elogiado por la forma en que aborda el tema central.
Romper el Círculo es “un caleidoscopio de emociones”
Durante la gira promocional de la película, Blake Lively describió la cinta como un “caleidoscopio de emociones” y como alguien que leyó el material original, debo decir que estoy de acuerdo.
Al igual que el libro, la película cuenta con una narrativa no lineal, viajando entre el pasado y el presente constantemente. Esto nos permite conocer mejor a Lily, un personaje complejo, cargado de muchas capas.
A su vez, la historia va cambiando de ritmo paulatinamente, resonando perfectamente con esa frase que cita: “Si todas las relaciones violentas comenzaran violentas, nadie se quedaría en estas.” Al comienzo, Romper el Círculo es una comedia romántica de manual al mejor estilo Hallmark. Lily y Ryle viven una relación de ensueño hasta que…él empieza a mostrar su verdadera personalidad. La historia desciende junto a los personajes a un dramatismo más denso y crudo pero igualmente necesario, que plasma perfectamente el desasosiego que, como Lily, muchas víctimas de violencia experimentan día a día.
La guionista de la película, Cristy Hall, ha sabido captar perfectamente eso, manteniendo intacta la esencia de la historia. No intenta juzgar a ninguno de los personajes por sus acciones o decisiones, deja el terreno en blanco para que seamos nosotros como espectadores los encargados de ello.
Un tratamiento correcto para un tema tan difícil
Otro de los puntos a favor de la película es la dirección de Justin Baldoni, quien evidentemente tiene mucho respeto por la historia original, y ha sabido retratarla con la sensibilidad que merece.
Baldoni logra crear una atmósfera emotiva y conmovedora, explorando temas profundos como la violencia doméstica, la paternidad negligente y el efecto negativo producto de las familias disfuncionales. Su dirección es sutil, consiguiendo de forma efectiva esa transición de rom-com a drama, permitiendo también que las actuaciones brillen y que la historia se desarrolle de manera orgánica.

Cabe destacar también la fotografía, elemento imprescindible para reflejar el descenso vertiginoso de la relación entre los personajes, y la banda sonora que agrega la carga dramática necesaria a cada escena. Ambos, bajo la guía de Baldoni, contribuyen a crear una experiencia muy sensible, fácil de conectar con el público. Además, el director, junto con la editora Oona Flaherty, demuestran un gran manejo de los tiempos, construyendo escenas impactantes con un ritmo preciso, para que no se sientan demasiado abrumadoras pero tampoco planas.
Actuaciones comprometidas
Justin Baldoni ha demostrado en Romper el Círculo que es un director talentoso con una voz propia. Su visión y su sensibilidad para contar historias hacen de esta película una obra conmovedora y relevante. Sin embargo, no solo brilla detrás de la cámara también lo hace delante de esta.
Como he mencionado, hay mucho mérito en el guión, que desde un comienzo establece las red flags de Ryle sin siquiera poner a la audiencia en su contra. Esto nos permite empatizar con Lily y cuestionarnos qué haríamos si estuviéramos en su lugar. Sin embargo, es el trabajo de los actores lo que lleva la historia a otro nivel.
Blake Lively y Baldoni están pletóricos como Lily y Ryle, respectivamente, haciendo que los personajes se sientan como personas reales. Lively, probablemente en su mejor interpretación hasta la fecha, se va despojando capa a capa, dejando en evidencia un personaje muy vulnerable, imperfecto y, aún así, muy resiliente. Mientras que Baldoni juega con la dualidad de Ryle, un sujeto que constantemente está escondiendo su comportamiento errático detrás de una impostada carisma.
El elenco está complementado por Jenny Slate (Allysa), quien da vida a la hermana de Ryle y posteriormente mejor amiga de Lily; la actriz, acostumbrada a brillar en comedias, demuestra que tiene talento para el drama, luciéndose en el tramo final de la película. Alex Neustaedter e Isabela Ferrer dan vida a las versiones jóvenes de Atlas y Lily respectivamente, su tiempo en pantalla es justo, sin embargo logran capturar muy bien la personalidad de cada uno.
Un tramo final precipitado
Mi único pero con la película es que el tercer acto lo sentí un poco acelerado, quizás porque la película se toma mucho tiempo en desarrollar la relación de Lily y Ryle, dejando en un segundo plano la relación de Lily y Atlas en el presente. De hecho, este personaje que aunque aparezca muy poco en la película (en comparación a los otros dos), sigue siendo importante, aquí no siente que haya recibido un desarrollo a la altura.
A pesar de que It Ends With Us no es una película perfecta, sí que es una película necesaria. Cumple su objetivo de retratar con sensibilidad y respeto la violencia doméstica (que no solo es física), esperando que coloque en el mapa el tema para dar voz a las miles de Lily alrededor del mundo.
Y más importante aún es el hecho que se atreva a retratar un tipo de historias que muchas veces hemos visto romantizadas, sin adornos, con la crudeza necesaria para demostrar que ninguna acción violenta debería ser justificada con el amor.

Justin Baldoni, siendo esta su tercera película como director, demuestra un talento excepcional tras la cámara, abordando un tema delicado como lo es la violencia doméstica, con una sensibilidad y un realismo capaz de conmover al espectador. La película logra sumergirnos en la compleja y dolorosa experiencia de una víctima de abuso, primordialmente por su narrativa cuidadosamente construida y a una atmósfera que se va transformando de idílica a opresiva, lo cual hace que sea más impactante. Las actuaciones, especialmente las de Baldoni y Lively, son sobresalientes, aportando profundidad y realismo a los personajes; ambos actores nos permiten conectar emocionalmente con ambos, despertando un abanico de emociones. Baldoni logra un equilibrio perfecto entre los momentos más dulces de la historia y los más oscuros, pero al final logra calar el mensaje de resiliencia, dejando un impacto poderoso sobre la importancia de romper el patrón, antes de que el patrón nos rompa.
Romper el Círculo (It Ends With Us) se estrena en cines en Argentina, Venezuela y otros países de Latinoamérica este 15 de Agosto.
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