Hubo una época, a mediados de los noventa y a comienzo de los dos mil, en la que muchos actores de Hollywood se mantenían en el reflector gracias a su trabajo pero también gracias a la polémica. No existían las redes sociales, pero sí las revistas y empezaban a nacer los blogs. Es por ello que, a dónde sea que se dirigieran, algún paparazzi estaría allí al acecho, listo para inmortalizar situaciones que deberían haber quedado en el olvido. Uno de los actores más asediados fue Colin Farrell. Todo el mundo (dentro y fuera de Hollywood) parecía estar fascinado por aquel chico irlandés, un rebelde sin causa que había irrumpido en la meca más famosa del cine, directo desde su país natal, y que además había flechado a otras celebridades (aún más famosas que él) como Angelina Jolie y Britney Spears.
Más de veinte años han transcurrido desde su irrupción en Hollywood y no hay atisbos de aquel bad boy. Hoy, considerado uno de los mejores actores de su generación, Colin Farrell está a punto de estrenar una The Penguin, la serie spin-off de The Batman sobre el legendario villano y por tal motivo, vamos a explorar más a fondo su carrera, siendo uno de los pocos actores que ha conocido la redención en Hollywood.

Primeros pasos interpretativos
Colin Farrell es oriundo de Irlanda, específicamente de Castleknock, un pueblo de Dublín, dónde fue criado por sus padres, junto a un hermano y dos hermanas.
Su familia tenía inclinaciones deportivas, incluso su padre y tío eran futbolistas profesionales. Sin embargo, el fue el primero en mostrar inquietudes artísticas, acreditando tal hecho a su primer visionado de E.T. (1982, dir. Steven Spielberg), diciendo que cuando vio dicha película “lo conmovió hasta las lágrimas”.
Entonces Colin, siendo aún muy joven, empezó a audicionar. Incluso participó en un casting para unirse a la boy-band irlandesa Boyzone, pero no tuvo el resultado que esperaba.
Más adelante se inscribió en la Gaiety Acting School, pero tampoco continuó con sus estudios. Sin embargo, empezó a enlistar pequeños roles en películas meramente independientes como Drinking Crude (1997) y The War Zone (1999, dir. Tim Roth).
Antes de empezar el rodaje de la ópera prima de Tim Roth, ya había conseguido su primer trabajo como recurrente en una serie, específicamente en Ballykissangel de la BBC. Y fue precisamente este papel el que lo puso delante del reflector. Los medios británicos especializados no dejaban de elogiar su interpretación, algo que, sin duda, forjó las bases para lo que estaba por venir en su carrera.
Tan sólo un año más tarde estrena Ordinary Decent Criminal (2000), su primera película internacional y la que lo llevó directo a Hollywood. Sin embargo, su breakthrough role, ese que lo condujo hasta el estrellano, fue el del soldado rebelde Roland Bozz en el thriller psicológico de Joel Schumacher, Tigerland (2000). Esta interpretación fue su vehículo para alzarse con su primer reconocimiento como Mejor Actor, según la Sociedad de Críticos de Cine de Boston y el Círculo de Críticos de Cine de Londres.
Estrella imparable en los 2000s
Después de aquel exitoso año, no había vuelta atrás en su carrera. Se convirtió en uno de los actores más solicitados en Hollywood y eso se vio reflejado en la enorme variedad de películas que estrenó en los siguientes años. La primera en llegar fue American Outlaws (2001), donde Farrell interpretó al icónico forajido estadounidense Jesse James. También participó en la popular Minority Report (2002, dir. Steven Spielberg), un thriller dirigido nada más y nada menos que por el mismo hombre que veinte años antes había hecho la película que lo inspiró a ser actor. Ese mismo año estrenó Phone Booth (2002), un peculiar thriller claustrofóbico donde Colin está la mayor parte del tiempo de la película en pantalla. Un par de meses después, compartió escena con Al Pacino en The Recruit (2003), un thriller de acción.
El inesperado descenso
Después de tres años en la cima, donde había recaudado cientos de millones de dólares en taquilla, Farrell se consigue con el primer tropiezo de su carrera: Alexander (2004, dir. Oliver Stone). Debido a los inconvenientes que se presentaron durante la producción del metraje, la cinta acabó excediendo su presupuesto por lo al momento del estrenó significó una pérdida monetaria para el estudio, ya que no superó la inversión que habían hecho.
A la par de aquel fracaso, según el mismo Colin, empezaba a tocar fondo a causa de sus adicciones (años después confesó que había sido adicto a las drogas y analgésicos desde los 13 años), por lo que en 2005 ingresó a rehabilitación. Estuvo allí durante un año, pero por declaraciones del mismo actor, se ha mantenido sobrio desde entonces.

La primera mitad de la década de los 2000 había marcado, para bien y para mal, la carrera de Colin Farrell. Con menos de treinta años había cosechado críticas positivas por su calidad interpretativa y había trabajado en películas de gran éxito a nivel en taquilla. También había salido con otras celebraciones como Angelina Jolie, Demi Moore, Britney Spears y hasta Elizabeth Taylor. Sus problemas con las adicciones se habían hecho públicos y hasta se filtró un vídeo íntimo con su ex-novia Nicole Narain. Colin había sido actor, celebridad, y una estrella problemática en Hollywood. Su retorno parecía imposible, al menos, la cima en la que estuvo una vez parecía inalcanzable.
La (merecida) redención de Colin Farrell
El actor empezó a trabajar en películas más pequeñas, producciones independiente, incluso. Su trabajo más relevante en cuatro años llegó con In Bruges (2012, dir. Martin McDormagh), una comedia negra donde compartió créditos por primera vez con Brendan Gleeson. Aquella interpretación de un sicario “emocionalmente torturado” le consiguió su primera nominación como Mejor Actor de Comedia en los Globos de Oro. Un año más tarde fue uno de los tres actores que reemplazó a Heath Ledger en The Imaginarium of Doctor Parnassus (2009). La cinta de fantasía estaba en pleno rodaje cuando el actor australiano falleció. Así que para suplantarlo, la idea fue traer a tres actores diferentes: Farrell, Johnny Depp y Jude Law.
Farrell prefirió seguir trabajando en películas más pequeñas, entre Hollywood y Europa. En 2012 vuelve a colaborar con Martin McDormagh en Seven Psychopaths, una comedia negra donde el actor interpretó a un guionista que se ve envuelto en una serie de bizarros sucesos. Un año más tarde lo vimos en Saving Mr. Banks, un drama biográfico sobre la escritora P.L. Travers, creadora de Mary Poppins.
Sin embargo, el año más decisivo en esta nueva etapa de su carrera fue 2015, cuando estrenó The Lobster (2015), la incursión de Yorgos Lanthimos en el cine de habla inglesa. Ese mismo año retornó a la televisión como protagonista de la segunda temporada de True Detective.
No fue hasta 2016 cuando Farrell volvió a incursionar en el terreno de los blockbuster, y fue gracias a Fantastic Beasts and Where to Find Them, la primera entrega de la trilogía spin-off de Harry Potter.
Colin Farrell inició esta década nuevamente en la cúspide, pero lejos de ser aquél rebelde sin causa que una vez cautivó a las estrellas y el público de Hollywood. Hoy, es un actor de renombre, que ha sabido equilibrar los éxitos de taquilla y crítica, y cuando no está frente a la cámara, está trabajando en alguna causa altruista.
En 2022, volvió a reunirse con McDormagh y Gleeson en The Banshees of Inisherin una comedia negra que consiguió nueve nominaciones al Oscar, entre esas una para él como Mejor Actor. Por esta interpretación sumó reconocimientos por parte de los circuitos especializados de crítica. Ese mismo año estrenó The Batman, donde interpretó a El Pingüino, el legendario villano de ciudad Gótica, y su trabajó caló tanto entre el público, que está semana estrena en HBO, una serie sobre el personaje.
Colin Farrell también ha estado trabajando en organizaciones como BeLonG To Youth Services, y STAND UP! las cuales se encargan de brindar apoyo a la comunidad joven LGTBQ+ de Irlanda y a prevenir el acoso escolar, respectivamente.
El actor ha descrito innumerables veces a su familia como su principal motor para encaminar su vida y su carrera nuevamente. Lo cierto es que hoy es uno de los actores más versátiles en la industria y estamos deseosos de verlo nuevamente en la piel de The Penguin, el legendario enemigo de Bruce Wayne.
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