Ver ésta película ha sido una sorpresa muy peculiar, logró engancharme desde la portada, no fué necesario ver el trailer, siempre he amado a Brad Pitt y a Leonardo Di Caprio quien, para mi, es un actor y persona admirable en todo aspecto, verlos actuar juntos, era algo que me debía, y en verdad, valió la sorpresa. Sólo a Quentin Tarantino se le ocurren éste tipo de cosas, unir estrellas para enganchar y maravillar a los espectadores desde el primer momento.

La ambientación de la película a los años 60’ es genial, el vestuario, los accesorios como los lentes de sol y correctivos que usa Margot Robie me enamoraron, los carros que ves transitar, a la época e impecables, la arquitectura, el estilo y la decoración de las casas, incluso la iluminación dentro de ellas es un detalle magnífico, los programas de televisión que ven los actores, los lugares a donde van, todo fue cuidado minuciosamente. Particularmente, éstos detalles de la época, fueron el segundo elemento que me enganchó, ya que siempre me ha llamado la atención el estilo de los años 60’.

Quentin supo hacer un énfasis maravilloso de los personajes principales (y de todos en realidad, de cierta manera), con primeros y medios planos, momentos de la vida diaria así como de detalles importantes de sus personalidades, logrando que el espectador se deje cautivar por cada uno de ellos u odiarlos con una gran expectativa.

Rick Dalton (Di Caprio), Cliff Booth (Pitt) y Sharon Tate (Margot Robbie). Respectivamente, Rick es un actor de Hollywood, estrella de los western, un tipo de películas de vaqueros populares de la época, Cliff es un doble de acción y además mejor amigo de Rick. Ambos están pasando por un duro momento en sus vidas profesionales, tratando de mantenerse activos dentro de la industria del cine. El papel de Sharon Tate, es a mi parecer, la presencia dulce, hermosa y delicada en la película, es la razón de existir de éste film. Sharon es esposa del director Roman Polanski. Esta pareja es vecina de Rick Dalton, ésta circunstancia le brinda alivio y esperanza, ¡quizá el mismo Polanski le solicite protagonizar alguna de sus películas!

Me pareció una joya la conversación que surge a la hora del almuerzo en un set ambientado en la época del lejano oeste entre Rick Dalton y el personaje de Marabella Lancer, actriz de solo ocho años a quien Rick interrumpe en su descanso y lectura de una biografía de Walt Disney. La niña es inteligente, aplicada en la actuación, audaz en la conversación, además sensible y perspicaz. En ésta escena, el antagonismo de los personajes es notorio ya que Rick Dalton está sumido en un malestar emocional y profesional lo cual se denota además por el libro que también decidió leer a la hora del almuerzo, un relato acerca de un domador de caballos que en una caída se lesionó la columna y pierde habilidades físicas, lo que cambia su vida para siempre. Rick termina llorando y la niña dándole ánimos y a la vez, poniendo límites.
Por otro lado, siempre que Sharon Tate (Margot Robbie), aparece en escena, Tarantino se asegura de convertirla en el centro de atención no solo por su belleza y atractivo, además es dulce, siempre alegre y muy amable, definitivamente, llena de vida. Por eso, cuando descubrí los hechos reales ocultos del film, me di cuenta que el director quiso hacer venganza a su modo, quizá en su deseo de cambiar el pasado de los acontecimientos ocurridos el nueve de agosto de 1969 y para mi, realmente esta película es la reivindicación de la realidad.

Cliff Booth, el mejor amigo de Rick y doble de acción, es un tipo tranquilo y mantiene ese equilibrio a su manera. Vive en un tráiler con su mascota Brandy, una perra Pit Bull color pardo, obediente y consentida. A Cliff, le contratan para una escena de acción, gracias a la intervención insistente y casi suplicante de Rick. La escena sería para una película protagonizada por Bruce Lee (Mike Moh), quien después de hablar ante los actores en el set con poca modestia, Cliff decide poner en su sitio venciéndole en una pelea.

Aproximadamente unos treinta minutos antes de terminar la película, comienza una narrativa que genera expectativa de que algo lamentable va a ocurrir; personalmente me sentía nerviosa, ya a esas alturas la simpatía que sentía por los personajes no me permitiría aceptar que algo malo les ocurriera. Me incomodaba mucho, una extraña visita al sector de residencia de Rick Dalton y sus vecinos Sharon Tate y Roman Polanski. Además, Cliff Booth, había visitado a un viejo amigo en un área de filmación habitada por una comunidad de hippies y la verdad, esa visita había terminado muy mal para uno de ellos gracias a los puños de Rick quien actuó en defensa propia.

La tensión iba creciendo en mí porque podía ver que la película estaba muy cerca de terminar y las cosas no olían bien. Unos minutos pasados de la media noche, Rick Dalton escucha el ruido de un carro en muy mal estado en las afueras de su residencia, sale de su casa con ropa de descanso y muy molesto por la interrupción de su tranquilidad a esas horas de la noche. Se acerca al automóvil casi iracundo, y puede ver que son cuatro hippies merodeando o perdidos en el sector. Rick los echa casi permitiéndoles hablar. Creo que en este momento de ira, es Tarantino quien expresa su rabia a quienes serían los victimarios reales de aquel lamentable suceso ocurrido en agosto de 1969.

Toda la violencia que el director guardaba para hacer venganza y cambiar el pasado, ocurre gracias a que Cliff Booth llega a dormir con su Pit Bull, Brandy a casa de Rick Dalton, unos minutos después de que éste echara a los merodeadores quienes terminan muy mal. Las tomas sangrientas, una vez que conocí el trasfondo real, sin dudas, me llenaron de placer.
Al final de la película, Sharon Tate invita a Rick Dalton a su casa a tomar unos tragos con unos amigos, luce hermosa y llena de vida.
Spoiler: no puedes ver esta película sin conocer el caso real.