Escrito por Cristian L. Pires
Viernes 28 de marzo de 2025
El clásico de 1937 se renueva con la historia de la dulce Blancanieves una joven que escapando de las manos de su despótica madrastra termina en el bosque encantado donde conoce unas criaturas mágicas y tiene unas sorprendentes aventuras. Dirigida por Marc Webb y protagonizada Rachel Zegler, Blancanieves se estrenó el 21 de marzo de 2025 y de acuerdo a los números proyectados por la primera semana, ya se la está considerando un gran fracaso de taquilla. Esta historia es una re imaginación del clásico de animación de Disney, Blancanieves y los siete enanos, que a su vez es una adaptación del cuento alemán de 1812 de los Hermanos Grimm, Blancanieves.
Después de miles de especulaciones, Blancanieves llego a los cines y como muchos lo vaticinaron y como muchos otros lo desearon… la película se convirtió en un fracaso comercial, para el final de su primera semana recaudo unos 92 millones de dólares que están muy por debajo de los 240 o 270 millones que costo hacerla, sin contar con los costos de la promoción.

¿Es esta nueva aventura tan mala? ¿ o algo más está pasando? ¿Disney volvió a sumar un Live-action sin chispa a su prontuario de Live Actions malos hechos solo por dinero, dinero que ya a estas alturas ni siquiera están viendo fluir? Curiosamente las respuestas a todo esto, no se encuentran en el producto final como tal, así como el filme Lightyear tuvo que ser el chivo expiatorio de un enojo acumulado construido en redes, merecido o no Blancanieves sufre algo similar pero primero veamos que está bien y que está mal con esta reinterpretación moderna, porque como dijo Zegler ya no estamos en 1937 (claro, hoy ya no hay muchas ideas solo repetir clasicos criticandolos en el proceso)
Empezando como siempre por el trago amargo hay que reconocer que el filme tiene una serie de actuaciones bastante irregulares siendo la de Gal Gadot, una de las peores… hay una nube de actuación inerte que la sigue en esta propuesta donde la vemos con un gran maquillaje y un gran disfraz pero con un carisma casi inexistente, la reina malvada de alguna forma se las arregla para verse más acartonada que un dibujo de hace casi 100 años. La realidad es que Gal nunca se ha caracterizado por ser una excelente actriz, se podría decir que funciona en cierto tipo de roles y cuando el protagonismo es de alguna forma repartido, sin embargo en este filme tiene que cantar y hacer una cantidad de cosas en las que no convence mucho. Siendo ella la gran villana de la historia, parte de la magia que intenta crear esta película no se materializa con este personaje que honestamente no genera nada.

Apuntando al otro gran problema del filme, tenemos que hacer una parada en los enanos hechos por CGI, su aspecto distrae y no se adapta ni siquiera a lo que vemos en el bosque encantado, uno de los lugares más atractivos en lo que a la película corresponde. Estos modelados no salen del efecto de valle inquietante y a su vez tampoco son lo suficientemente caricaturescos como para tomarlos como unas criaturas, están en ese intermedio que muchas veces nos hace rechazar el CGI de algún actor muerto o algún rejuvenecimiento mal logrado.
Ya en este punto podemos ir mezclando los pasos en falso técnicos con una gran controversia de este filme que al encontrarse con esto choca con más ganas en el resultado final, la realidad es que junto a la catarata de dichos desafortunados de Zegler estuvo la controversia con el tema de los enanos, donde la llamada corrección política entro en juego. ¿El resultado final? lo que pudo ser una fuente de trabajo para varios actores enanos nunca fue, en parte porque personas como Peter Dinklage, encontraron ofensivo que un grupo de enanos interpretase a los personajes enanos más famosos de todos los tiempos. Si bien todo esto del CGI no ayuda a la experiencia, hay que remarcar que las relaciones que se construye el film alrededor de estos personajes funcionan y después de un periodo de adaptación, algunos de estos personajes logran calar en la audiencia y en esta historia.
Irónicamente en una de las cosas más positivas de Blancanieves, está la mismísima Blancanieves que lo hace muy bien, habiendo demostrado en West Side Story que podía cantar, Rachel Zegler hace un muy buen trabajo con este personaje que obviamente es el núcleo de toda la historia, los personajes secundarios bailan figurativa y literalmente alrededor de ella y al final esta actriz sabe capitalizar esto entregando momentos muy agradables, le pese a quien le pese.

En la contraparte de esto, probablemente sea ella misma quien hundió su propia película, la realidad es que muchas veces, a la audiencia le gusta proyectar a los personajes más allá de los rincones de la pantalla y cuando una actriz hace y dice todo lo posible como para caer mal, siendo condescendiente de forma grosera o amenazando con recortar las escenas de su compañero hombre, no importa que tan buena sea tu actuación no la vas a poder vender, menos en la época de las ciber antorchas ¿Pero… merece pagar el precio de la arrogancia todo un grupo entero de artistas?
Las cancelaciones no van de la mano con la objetividad y son conductas que rigen más que nada por las emociones del momento, por lo que todo esto no tiene cabida a la hora de valorizar un producto que al final hecho por muchas personas. Dejando de lado mis dos centavos sobre este nefasto asunto, la realidad es que Blancanieves tampoco tiene un argumento lo suficientemente poderoso como para ganarle a la tendencia negativa que la destrozo.
El guion tiene un cambio forzado, forzado por la época en la que vivimos, forzado por una historia original que si la analizamos no es algo que pueda producir un filme muy vendible para Disney hoy en día. Es por eso que al final de una gran cantidad de regrabaciones tenemos a una protagonista que intenta recuperar su reino por sus propios medios tomando un lugar mucho más activo. Con una estructura que respeta bastante la idea original, esta nueva historia tiene un poco de todo para la audiencia actual, pero de los remakes que ha hecho Disney hasta ahora, este quizás sea el que ofrece menos opciones de reinvención dentro del material base, es Blancanieves, no hay mucho lugar para cambiar lo que es. En una epoca donde la tendencia esta volviendo a cambiar, la empresa del raton quizas este jugandose sus ultimas fichas en generar estas controversias al proposito, ya no dejan dinero y si el vil metal no aparece, todo lo demas no existe.
Llegando nuevamente al final de otro análisis, Blancanieves es una película que seguramente divierta a parte de su público objetivo, pero es definitivamente una experiencia sin mucha fuerza para sostenerse en el tiempo, con o sin su problemática detonando su taquilla, esta es otra película de Disney sin nada muy memorable que en dos meses seguro se vuelva la peli de domingo en las casas de familia.