Venom: The Last Dance, o un final mediocre para una trilogía que ya era mediocre

Desde el título había algo que no funcionaba para cerrar esta trilogía. La idea de que sea la última ("Last") es funcional y da una sensación de cierre en una actualidad donde las sagas continúan eternamente, permitiendo una satisfacción extraña en el cine de superhéroes. Sin embargo, ¿por qué baile ("dance")? ¿Cuándo en las dos películas anteriores Venom bailaba? Quizás Cletus Kasady porque estaba ¿loco? Y el problema no es el título en sí, sino que transmite un cambio de tono que sí terminó afectando a la cinta.

Este cierre de trilogía toma la forma de una road trip movie con el bromance más efectivo del cine de superhéroes: Eddie Brock y Venom (ambos interpretados por Tom Hardy en la amistad más narcicista vista en el cine, quizás solo igualada por Ezra Miller y su versión joven de CGI). Eddie se encuentra en México y de regreso a su universo tras los eventos de Spider-man: No Way Home, pero ha sido inculpado por la muerte del detective Patrick Mulligan (Stephen Graham). Para limpiar su nombre mediante ¿sobornos? en Nueva York, Eddie y Venom emprenden un viaje hacia la Estatua de la Libertad. No obstante, esta travesía se dificulta pues resulta que su relación que raya lo homoerótica es lo único que puede liberar a Knull (Andy Serkis) de su prisión cósmica, así que este envía un mata-simbiontes a capturarlos, a la vez que se enfrentan a un "ejercito" de seis hombres liderados por Mordo (no recuerdo el nombre del personaje de Chiwetel Ejiofor), una científica con un brazo inservible (Juno Temple) que no hace nada hasta que ya todo acabo, y una versión hippie, humana, con dos brazos y sin poderes de El Lagarto (tampoco recuerdo el nombre del personaje de Rhys Ifan) y su familia.

No acabo de comprender por qué esta película elige a estos actores tan capaces y llenos de personalidad, que tienen contrapartes en otras películas de Marvel, en una película con momentos multiversales si no van a usar esa relación, y pero si les van a dar personajes mediocres. La aproximación de los personajes en esta cinta es algo incomprensible. Ciertamente la relación de Eddie Brock y Venom es entrañable, divertida de ver y ya estamos tan invertidos con ellos que son el corazón de la historia, haciendo que al menos disfrutes verla. No obstante, no sé porque esta cinta opta por ignorar a los personajes y otras relaciones de cintas pasadas, Michelle Williams (que no sé cómo consiguieron en las cintas pasadas) ni aparece, Mulligan tiene una pequeñísima participación bajo CGI y la señora Chan (Peggy Lu) solo está ahí para un par de chistes. Los nuevos personajes carecen de personalidad (Mordo), agencia (enfermera manca con una secuencia de pesadilla para reemplazar el desarrollo de personaje) o propósito (El Lagarto pacha mama conspiranoico), haciéndolos olvidables y solo te hacen extrañar a los demás. Andy Serkis como Knull, un Snoke con implantes de cabello, tiene mucha personalidad, pero solo estar sentado no lo hace particularmente atractivo, y que abra la película en voz en off explicando sus motivos como villano de caricatura y con la sobre-reiteración a través de diálogos genéricos solo arruinan su misticismo, potencial y sensación de amenaza cósmica.

Que, hablando de dialogos, en general nada del guion funciona. Los dialogos son caricaturéscos, expositivos, obvios y sin subtexto ni nada debajo de ellos, todos dicen lo que piensan. Aunque el conflicto es muy "grande", realmente es muy ambiguo y la amenaza se queda en diálogos sin dar a entender lo que implica, no hay un objetivo claro para el protagonista y varias de las fuerzas antagónicas carecen de motivación que los ponga en conflicto con Eddie y Venom. Por si fuera poco, todo lo que pasa son coincidencias sin mucha causalidad, de repente se encuentran a x personaje y dos escenas después ya no importa en la cinta, cuando necesitan llegar a punto siempre casualmente hay alguien ahí que está dispuesto a arriesgar a su familia por un desconocido, y cuando la amenaza está sobre los personajes estos simplemente la evitan. Es como un videojuego donde cualquier obstaculo se sobrelleva en la escena en que se presenta. El conflicto nunca escala.

Igualmente, Kelly Marcel nunca encuentra qué tono quiere darle a esta secuela. Dejando de lado que es un estilo mucho más cómico que el de las dos cintas anteriores, esta no entiende qué tipo de humor busca. En momentos es un humor físico, en otros son comentarios chistositos al estilo Marvel Studios y en otros momentos son bits tan ridículos que ya rayan lo absurdo y hasta auto-paródico. Que, cuando de repente esto se intercala con personajes diciendo exactamente lo que sienten en algo que debería sentirse como un momento emocional, pues no es del todo efectivo y solo resulta incómodo.

Fuera de esto, el trabajo de dirección de Marcel no es particularmente malo, pero tampoco es memorable. No hay imágenes que recordar y los diseños, tanto de personajes como de lugares y vehículos son poco originales y, con la dirección tan poco propositiva, no se busca hacer que estos sean únicos. La película se cuenta bien, siempre es claro lo que ocurre y es funcional en cuanto a la historia que cuenta. Esto aun cuando parece que la película está compitiendo con Román (campeón de record Guiness de eyaculación precos [dato falso, pero que tomaremos como real solo por las risas]) para ver quien se puede acabar primero sin dejar disfrutar a los dempas involucrados, que con lo vacía de la película del moco negro esto se termina agradeciendo.

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Al final, de una trilogía ya mediocre esta es la más mediocre de las tres. La dirección y visuales, aunque llevaderos y rápidos de consumir, son vaciós y aburridos, hasta la comparativa con McDonald's que les encanta a los cinéfilos aquí sería estirar un poco la liga. La escritura también es mediocre, amateurish y obvia en el mejor de los casos, pero se nota que Kelly Marcel quiere a estos personajes, Eddie y Venom, y los pone como el corazón de la cinta para, aun en medio de todo el desastre de película, dar un final satisfactorio a esta trilogía que logró que te importara el viaje y relación casi homoerótica de un periodista fracasado y un charco viviente de chapopote. This is some serious Troma sh*t [Esta sí es una m*m*d* de la Troma].

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