Soy un gran seguidor de Bob Dylan, pero un firme escéptico de las biopics. Ccuando me enteré sobre del estreno de una biopic de Bob Dylan, dirigida por el experimentado James Mangold, sentí ansiedad, desconcierto y rechazo. Después de todo, un genio como Dylan no puede encajar en los límites de una biopic tradicional.
Ya tenemos una excelente biopic no tradicional sobre Dylan: la película I’m Not There, dirigida por Todd Haynes de 2007. Este filme utiliza visuales caleidoscópicos y seis actores diferentes en el papel de Dylan, un genio del rock inaprensible e infinitamente creativo. Si decides filmar a un artista, deberías hacerlo de forma artística. I’m Not There logró eso. Dudaba que Mangold, conocido por un estilo más convencional, pudiera lograr algo similar.
Además, no faltan buenos materiales relacionados con Dylan. La gente no necesita una biopic para conocerlo. Si quieres sumergirte en su música, ve a Spotify. Si quieres saber qué clase de persona es, mira clips en YouTube o el documental de Martin Scorsese, No Direction Home. Y si buscas un conocimiento más profundo, hay cientos de biografías de Dylan de gran reputación. Todas estas opciones parecen más efectivas que ver a un actor pretender ser Dylan.
A pesar de estos prejuicios, por mi amor a Dylan, corrí a ver Un completo desconocido en cuanto se estrenó, película en la que Timothée Chalamet interpreta a Dylan. Sorprendentemente, no la odio y puedo entender la razón de su existencia. Además, la actuación de Chalamet no está nada mal, mezcla su propia personalidad con la de Dylan y termina creando un personaje magnético.
Un aspecto destacable de Un completo desconocido es que no sigue la narrativa típica de ascenso y caída de las biopics musicales. La película abarca un período de cinco años (1961–1965). Durante este tiempo, la fama de Dylan cambia drásticamente (de desconocido a superestrella del folk), pero su personalidad no experimenta un gran crecimiento. Para los realizadores, el Dylan de 19 años que llega por primera vez a Nueva York ya es un genio completamente formado, solo necesita la oportunidad de dejar que el mundo escuche su poesía y voz única.
Por lo tanto, la trama no se basa en el drama. En cambio, Un completo desconocido trata la música como la verdadera protagonista. Las canciones icónicas de Dylan, como “Song to Woody”, “The Times They Are A-Changin’”, “Blowin’ in the Wind”, “Masters of War”, “A Hard Rain’s A-Gonna Fall”, “It Ain’t Me, Babe”, “Maggie’s Farm” y “Like a Rolling Stone”, son interpretadas en su totalidad por Chalamet, quien pasó dos o tres años aprendiendo a tocarlas y cantarlas. Además, canciones de Joan Baez, Pete Seeger y Johnny Cash también tienen un papel destacado. A través de estas interpretaciones fieles y la meticulosa recreación de los escenarios del Greenwich Village, la película transmite de manera brillante la atmósfera de principios de los años 60, situando al público en ese momento vibrante y cargado de ansiedad.
Otro punto fuerte de Un completo desconocido es el desempeño del elenco. Aunque Elle Fanning y Monica Barbaro no se parecen físicamente a Suze Rotolo y Joan Baez, compensan con sus gestos y temperamento. Barbaro, en particular, capta la inteligencia, la autoconfianza, el respeto propio y el orgullo de Baez. Edward Norton ofrece una interpretación casi idéntica de Pete Seeger, “el cantante de folk más amable de la historia”, y su actuación, dulce y conmovedora, revela el rango de Norton.
Y sí, tenemos que hablar de Chalamet. La aceptación de Un completo desconocido depende completamente de su actuación como Dylan. Y lo logra. No podemos decir que capture completamente el aura de Dylan, una tarea imposible, dado lo único que es, pero Chalamet consigue algo distinto: fusiona sus propios rasgos y carisma con el molde de la apariencia y los gestos de Dylan, creando así un nuevo personaje ficticio. Integra su timidez y encanto en la figura de Dylan, convirtiendo a un genio frecuentemente excéntrico en alguien adorable y accesible. Eso es, sin duda, un logro importante y probablemente algo que el propio Dylan estaría feliz de ver.
No importa cómo se perciba Un completo desconocido, es innegable que Dylan participó personalmente y aprobó este proyecto. Dado que la última película sobre Dylan (I’m Not There) se estrenó hace 15 años, está claro que Dylan pretende usar este filme para llegar a nuevas audiencias, y lo está logrando a través de la atractiva actuación de Chalamet. Quizás Chalamet no transmita el lado cortante, desafiante y provocador de Dylan, pero esa no es una tarea que una sola persona pueda cumplir. A estas alturas, como estrella de cine, Chalamet ha hecho su parte al guiar a los nuevos espectadores hacia la música de Dylan. Cuánto aprovechen del vasto legado de Dylan dependerá de la curiosidad de cada uno.