Forrest Gump (1994) es una de esas películas que parece intocable. Todo el mundo la recuerda con cariño, ha ganado múltiples premios (incluido el Oscar a Mejor Película) y se ha convertido en un ícono de la cultura pop. ¿Quién no ha escuchado frases como "La vida es como una caja de chocolates" o visto memes de Tom Hanks sentado en una banca?
Pero si dejamos a un lado la nostalgia y el sentimentalismo, la realidad es que Forrest Gump no es tan profunda ni tan brillante como muchos la pintan. En mi opinión, es un drama superficial que simplifica la historia de Estados Unidos a través de un protagonista sin agencia propia, con una trama que depende más de la suerte que del desarrollo de personajes.
Un Protagonista que No Evoluciona
Forrest Gump (Tom Hanks) es un personaje entrañable, pero también es plano. No tiene conflictos internos, no crece como persona y no cambia en absoluto. Su historia se basa en que, por pura casualidad, siempre termina en el lugar y momento adecuados para ser parte de los eventos más importantes de la historia de EE.UU. desde los años 50 hasta los 80.
A diferencia de otros personajes memorables, Forrest no toma decisiones, no enfrenta dilemas ni aprende lecciones. Simplemente sigue su vida sin cuestionarse nada, lo que hace que su historia sea más una serie de coincidencias que un arco narrativo real. Sí, es conmovedor ver cómo sobrevive y sigue adelante, pero en términos de escritura, su personaje es poco más que un vehículo para recorrer momentos históricos.
Una Visión Simplista de la Historia
Uno de los aspectos más criticados de Forrest Gump es su forma de retratar la historia de Estados Unidos. Básicamente, si sigues órdenes, trabajas duro y no cuestionas nada, serás exitoso y feliz. En cambio, si eres rebelde, crítico con el sistema o tratas de cambiar las cosas, terminarás destruido.
Vemos esto en personajes como Jenny (Robin Wright), el amor de la infancia de Forrest. Ella es una mujer con traumas, que busca su propio camino, se involucra en el movimiento hippie, experimenta con drogas y enfrenta abusos… y la película la castiga por ello. En cambio, Forrest, quien simplemente sigue órdenes sin pensarlo dos veces, termina siendo millonario, famoso y con una vida aparentemente perfecta.
Lo mismo pasa con el Teniente Dan (Gary Sinise), quien se muestra como un personaje complejo y atormentado tras perder las piernas en Vietnam. La película lo presenta como alguien amargado y sin rumbo hasta que "acepta su destino" y deja de cuestionar las cosas, momento en el cual su vida mágicamente mejora.
Demasiado Sentimentalismo, Poco Contenido
El éxito de Forrest Gump radica en su capacidad para manipular emocionalmente a la audiencia. La banda sonora nostálgica, los momentos dramáticos y el tono agridulce de la historia hacen que la película parezca más profunda de lo que realmente es. Nos bombardea con momentos emotivos uno tras otro sin darnos tiempo para reflexionar.
Sí, es fácil llorar cuando Forrest se despide de Jenny, o cuando habla con su madre en sus últimos momentos, pero cuando analizamos la historia sin el filtro de la emoción, nos damos cuenta de que la película no tiene un mensaje sólido más allá de "sigue adelante sin cuestionarte nada".
Conclusión: Un Clásico Sobrevalorado
No digo que Forrest Gump sea una mala película. Es entretenida, visualmente bien hecha y tiene grandes actuaciones, especialmente la de Tom Hanks. Pero su guion es una combinación de manipulación emocional y revisionismo histórico que convierte su éxito en algo inflado.
Hay muchas películas con historias mucho más profundas y bien construidas que no tienen el mismo reconocimiento que Forrest Gump. En lugar de una obra maestra, lo que tenemos es una película agradable, pero sobrevalorada.
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