Hablemos de Damien Chazelle

Con “Whiplash” el mundo lo conoció y con “La La Land” se convirtió en uno de los mejores directores de la actualidad y lo confirmó con Babylon, una película desenfrenada, pero pocos conocen sus otros dos trabajos y todo lo que une sus películas: en este artículo hablaremos del querido Damien Chazelle y el hilo en común de sus obras. ¿Qué las hace tan particulares y cómo logra plasmar todo?

Me atrevería a decir que todos (o casi todos), lo conocimos en 2016 cuando se estrenó la maravillosa y perfecta (no admito discusiones) “La La Land”, aquel musical que impactó a los espectadores y la crítica. Nominada a muchos premios en diferentes festivales donde las 14 nominaciones en los Premios Óscar fueron las más resonantes. ¿Pero qué había detrás de un joven Chazelle de 31 años por ese tiempo?

  • PREMONICIÓN DE SU FILMOGRAFÍA

Para definir la carrera del director estadounidense nos vamos a situar directamente en su adolescencia, donde surgió una de sus grandes pasiones y no, no era el cine aún: hablamos de la música. Fue baterista de una banda de jazz y adivinen si su profesor era un poco malhumorado… Tras reconocerse a sí mismo como una persona que no triunfaría en la música, se enfocó en su otra pasión y ahora sí, el séptimo arte. Se graduó en estudios visuales en Harvard y al tiempo dirigió y escribió su primer largometraje: “Guy and Madeline on a Park Bench”.

Se estrenó en 2009 y no hablamos de una obra maestra ni mucho menos, pero no es una mala película. En ella vemos el reflejo de lo que Chazelle haría años más tarde: un joven apasionado por el jazz encontrando el amor. Además podemos encontrar varios gestos técnicos que repetiría en su carrera (primeros planos de las caras de los protagonistas, largos solos de trompetas, planos secuencia y su característico “whip-pan”). Podemos hablar, con toda su carrera ya conocida, como un debut premonitorio de lo que iba a querer contar. En esta cinta de 2009, además, se marca un hito importantísimo: trabaja por primera vez con el compositor Justin Hurwitz de quien hablaremos en detalle más adelante.

  • EL CORTO QUE CAMBIÓ TODO

En 2013 y tomando como inspiración a su profesor de jazz mencionado anteriormente, escribe y dirige un corto llamado “Whiplash”, donde conocemos a un joven baterista que quiere estudiar en un conservatorio de élite y se topa con un maestro totalmente desquiciado y obsesivo. Esta cinta ganó en Sundance el premio a Mejor Cortometraje y atrajo rápidamente la mirada de los inversionistas; de esta manera Chazelle consiguió la financiación para hacer un largometraje (estrenado un año después, en 2014), en el que J.K Simmons repetiría su papel como el profesor Fletcher

Y desde acá cambia todo para él. A diferencia de su primer largometraje, en esta comienza a utilizar el sistema cinemascope (algo característico ya en sus películas), donde vemos las películas mucho más anchas que altas. En “Whiplash” además, vuelve a repetir a Justin Hurwitz como compositor y empieza a trabajar con quien, a mi parecer, es una de las personas más importantes en su filmografía: el montajista Tom Cross.

  • ÉPOCA DORADA

Tras el gran éxito de “Whiplash”, en 2016 Damien Chazelle llegó a la cima de todo con su estreno “La La Land”, un musical con drama y comedia. Ahí, reunió todo lo que venía trabajando y mostrando, y creó una de las cintas más hermosas de los últimos años (y una de mis favoritas de toda la historia). No voy a ponerme a escribir de esta película porque no me alcanzaría (les dejo acá otro artículo), pero creo que si estás leyendo esto, ya viste “La La Land”. En ella no sólo explora la obsesión y la pasión de lo que uno ama, sino la conexión con otras personas que pueden ayudar o no en ese camino. Lo hace a través de la música y de diferentes recursos como el uso de color, donde incorporó a su equipo a Linus Sandgren en fotografía.

Esta película se convirtió instantáneamente en un clásico absoluto y amada por casi todo el mundo. Lejos de ser una historia convencional de amor, se trata de cómo encaramos la vida de cada uno y qué estamos dispuestos a arriesgar o perder para lograrlo.

  • EQUIPO DE TRABAJO DE LUJO

Siempre digo que para que todas estas cintas tuvieran el éxito que tuvieron, no hay que destacar solo el estupendo trabajo como director y escritor de Chazelle, sino de todas las personas que nombré anteriormente: Justin Hurwitz como compositor, Tom Cross en montaje y Linus Sandgren en fotografía componen las partes de un trabajo aún mayor y que funciona a la perfección.

Luego de “La La Land”, los cuatro volvieron a trabajar juntos en “First Man” (2018) y “Babylon” de (2022). Ambas me parecen dos estupendas películas pero no lograron el mismo impacto que fue el musical de 2016. “First Man” fue una biografía de Niel Armstrong desde una mirada más personal y “Babylon” fue una locura visual reflejando el paso del cine mudo al cine al sonoro, una época brillante y oscura por partes iguales.

Justin Hurwitz, Tom Cross y Linus Sandgreen
  • PERO, ¿QUÉ UNE A SUS CINCO PELÍCULAS?

El denominador común y el motor de todas sus cintas es, para mí, la pasión: ya sea por la música, por el cine o por el trabajo que tengan, pero todas sus películas se basan en el camino para lograrlo. Lo hace a través del amor, del trabajo duro o la obsesión, pero siempre es en pos de la pasión que mueve a cada individuo.

Chazelle logra mostrarnos todo el camino de sus protagonistas y dejarnos entrar en sus vidas y vulnerabilidades, y seguramente empaticemos (o nos sintamos representados) con algunos de los personajes que él creó. Porque son representaciones reales y momentos que todos hemos atravesado en nuestra vida y es por eso que su cine es tan maravilloso. La pasión mueve al mundo y sin dudas Chazelle lo sabe.


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