¿Por qué nos atraviesan los coming of age?

Spoilers

El coming of age se consolidó como género en sí mismo en los últimos años, pero tiñe la historia del cine desde sus comienzos. Estas películas siempre imprimen una mirada muy clara alrededor deun personaje que atraviesa un crecimiento espiritual o moral y logra llegar a otra instancia. Los coming of age implican un viaje de la infancia a la vida adulta, en el transcurso del cual suele aparecer una fuerza externa que obliga al protagonista a confrontar con la realidad.

El término coming of age podría traducirse como “alcanzar la edad” pero en general no supone solamente un crecimiento en años sino también un crecimiento interior, un desarrollo personal. Los coming of age suelen estar protagonizados por jóvenes o niños que, a partir de una experiencia particular, cambian su forma de entender el mundo que los rodea.

Ahora bien, ¿entonces es un género para adolescentes? Creo que lo interesante de este tipo de películas es que apelan a la emoción del espectador, independientemente de su edad y de la diferencia generacional. En estos relatos es posible reconocer una experiencia similar o una emoción que nos conecta a un momento determinado de nuestras propias vidas. Sea cual sea la historia, siempre encontramos un recorrido emocional hacia una nueva perspectiva.

Boyhood

Boyhood, dirigida por Richard Linklater y estrenada en 2014, es por excelencia una película coming of age. Según cuenta el director, la idea surgió de su propia experiencia con la paternidad y su fascinación con la niñez.

En la película, vemos crecer al protagonista, Mason, en tiempo real. Boyhood empieza a sus seis años, en los primeros días de la escuela primaria, y termina a sus dieciocho, cuando abandona la casa de su madre para instalarse en la universidad.

Podríamos decir que Boyhood es un experimento sin precedentes. La película fue rodada durante doce años y, por lo tanto, los actores fueron creciendo al mismo tiempo que lo hacían los personajes.

Casi nunca coincide el actor que interpreta al personaje de chico con el que interpreta al personaje de grande. En este sentido, por momentos la película nos genera la sensación de estar viendo un documental, un reflejo 100 por ciento honesto y transparente sobre el paso de la niñez a la adolescencia.

Close

Close, el segundo largometraje del belga Lukas Dhont, ganó el Premio del Jurado en el Festival de Cannes en el 2022 y estuvo nominada a Mejor Película de Habla no Inglesa en los Oscar en el 2023. Los protagonistas de la película son Leo y Remi, dos mejores amigos de trece años. En una entrevista al director, leí que trabajó con actores no profesionales, que ensayaron durante seis meses para construir esa intimidad que queda reflejada en la pantalla.

En la primera escena de la película, escuchamos sobre la pantalla en negro a uno de ellos decirle al otro: “shhh, no hagas ningún ruido, no hagas ningún ruido”. Cuando la imagen aparece, los vemos en una cueva abandonada, donde se desarrolla un juego imaginario en donde ambos se enfrentan a guerreros armados.

Creo que la alusión al silencio en la primera frase de la película no es aleatoria, ya que constituye uno de los puntos claves del desarrollo de la trama. Al principio, se nos muestra el vínculo de Remi y Leo como una amistad llena de complicidad y confianza, en donde pueden hablar de todo, todo el tiempo. Leo prácticamente vive en la casa de Remi y cuando Remi no se puede dormir porque, en sus palabras, “su cerebro no para de pensar”, Leo le habla hasta tranquilizarlo. A medida que el vínculo muta, se va tiñendo de silencio, de palabras no dichas. Algo se rompe entre ellos al empezar la secundaria, cuando una compañera les pregunta si son novios. Leo se incomoda y le responde que no, y ella aclara “solo tenía curiosidad, porque se ven muy cercanos para ser amigos”.

Hasta ese momento, Remi y Leo vivían con naturalidad la cercanía de sus cuerpos en público, pero estas demostraciones de afecto entre dos amigos empiezan a ser cuestionadas por sus pares y se convierten en objeto de burla. En este contexto, el contacto físico entre varones se limita a golpes o palmadas en la espalda.

A partir de esto, Leo empieza a rechazar la cercanía corporal de Remi, que no entiende qué es lo que le pasa a su amigo, porque no pueden ponerlo en palabras. La primera vez que Leo no lo espera para ir juntos en bicicleta al colegio (como todos los días) Remi lo enfrenta en el patio y le pregunta qué pasó. Leo le dice que se fue muy temprano, que no pasa nada. Remi se traga el llanto y le dice “siempre me esperás, hoy no”. Remi llora desconsoladamente y se abalanza sobre Leo. Empiezan a pelear hasta que los separan.

Al día siguiente, en una excursión del colegio, Leo se da cuenta de que Remi no está. Llueve, van todos a la playa y la actividad se detiene espontáneamente y tienen que volverse al micro escolar. Leo mira a los profesores hablar por teléfono, el cielo está teñido de gris, el micro llega al colegio y los padres los están esperando. Bajan todos los alumnos, menos Leo, que no puede moverse. Se sube su madre, que le intenta contar acerca de la muerte de Remi pero es incapaz de ponerlo en palabras, solo dice “Remi ya no está”.

Su primera reacción no es tristeza, ni gritos, ni desconcierto, es más bien enojo. Leo baja corriendo del micro y se sube a su bicicleta, pedalea sin parar bajo la lluvia mientras su madre lo sigue con el auto. No es hasta que se quiebra un brazo y lo atiende un médico que puede llorar por primera vez. El médico le pregunta si le duele y Leo niega con la cabeza. Se acerca su padre, que lo abraza y le dice “un brazo roto duele”. A las semanas, cuando le sacan el yeso, Leo estira sus dedos. El sol entra otra vez por la ventana, por fin paró de llover. Leo va hasta la casa de Remi, mira por el vidrio y se aleja caminando por el campo.

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